María Luisa Carcedo Roces (San Martín del Rey Aurelio, 1953) fue ministra de Sanidad entre septiembre de 2018 y enero de 2020, momento en el que fue relevada por el catalán Salvador Illa. Actualmente es diputada nacional por el PSOE y preside la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad del Congreso de los Diputados. Ayer asistió al memorial de las víctimas de Asturias del covid-19, celebrado en los jardines del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), y a continuación atendió a LA NUEVA ESPAÑA.
- ¿Qué le ha parecido el acto?
-Sencillo, emotivo y de reconocimiento a una generación que ha pagado la peor parte de esta pandemia y que había contribuido mucho a construir la sociedad que tenemos.
- ¿Cómo valora la gestión de la pandemia de coronavirus en España y en Asturias?
-Ahora, ya con más perspectiva, vemos que la gestión en España ha sido bastante adecuada, bastante correcta. Y en Asturias muy buena.
- Hay muchas críticas al Gobierno central.
-Sí, pero conforme el virus ha ido llegando a otros países estamos viendo la enorme dificultad de abordar una pandemia de esta índole. Tienes que jugar con el equilibrio entre el ser biológico y el ser social, porque el virus ataca a los dos. Y decisiones muy drásticas que hubo que tomar tienen consecuencias en el ser social y económico, y en nuestra manera de convivir. Pienso que jugando con ese equilibrio se acertó bastante. Estamos viendo que otros países están desbordados. Y eso que en España nos tocó cuando se estaba aprendiendo en el manejo de la pandemia.
- ¿Y el balance de Asturias?
-Se hizo muy bien en todos los ámbitos, tanto en la prevención como en la asistencia a los enfermos. Y eso fue sobre todo por la fortaleza de la atención primaria en la región y por el trabajo del laboratorio de Virología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
- ¿Cómo ve la norma para hacer obligatorio el uso de mascarilla?
-Siempre he sido partidaria de la mascarilla. Sabemos cómo se transmite el virus, y la mascarilla es una barrera. Es incómoda, pero es una barrera. Y todo lo que sea incrementar la protección, eso que llevamos.
- Se ha dicho que si España llega a tener un ministro médico esto hubiera salido de otra forma. Usted es médica, fue ministra, y el actual ministro, Salvador Illa, es filósofo.
-Bueno, no tiene por qué ser así. El Ministerio de Sanidad tiene muchos técnicos, y las consejerías autonómicas, también. Lo que tiene que hacer el responsable político es tomar decisiones acordes con el análisis de la situación sanitaria que se está produciendo. Lo que hay que tener es honestidad en la toma de decisiones por parte del político. Y si es así, y se respeta el análisis de la gestión de la pandemia, el resultado no tiene por qué ser diferente.
- ¿A lo largo de la pandemia agradeció n o ser ministra o le habría gustado ese desafío?
-Me gustan los desafíos. Yo hubiera estado más tranquila estando en la batalla que estando en la barrera. Si hubiera estado, lo habría dado todo sin pensar que mejor que no me hubiera tocado. Desde la barrera siempre estás queriendo hacer más para echar una mano, y eché todas las manos que pude. Pero siempre te apetece estar por si puedes ayudar en algo.
- ¿Hubo algún momento en el que pensó: "Si llego a estar yo..."?
-No, porque en general las decisiones que se adoptaron eran las lógicas.
