La Consejería de Salud decidió ayer contabilizar como positivo en covid-19 el caso del usuario de la residencia Asociación Benéfica Hospital Asilo de Luarca (ABHAL) que el pasado jueves dio positivo en un test rápido efectuado en el Hospital de Jarrio, donde ingresó por un problema de salud ligado a sus patologías previas. Aunque las tres PCR que se realizaron tras el test rápido dieron negativo, al ser dudosa la última prueba efectuada al paciente en las últimas horas se optó por considerar el caso como positivo por razones de seguridad y "para erradicar todos los riesgos".

"Tienen miedo al ser un centro tan grande (tiene 142 usuarios) y como el sábado se terminan los días de aislamiento, prefieren curarse en salud y yo lo comprendo. Lo están haciendo por nuestro bien y creo que es bueno para todos. El hombre está bien, su mujer y mis trabajadoras también, y eso es lo importante", añade la directora del centro, Sandra Cuesta.

El supuesto positivo de este hombre, que sigue ingresado en Avilés, ha llevado al centro a suspender las visitas, a aislar al compañero del residente y a cuatro trabajadoras y a establecer paseos por turnos en los jardines del centro para evitar el contacto entre los residentes de las diferentes alas. "Las familias no pueden ser más comprensivas", admite Cuesta, que espera las directrices de Salud para fechar el regreso de las visitas que sus residentes "necesitan como el comer".

Con todo, el brote declarado en Valdés a raíz de la mujer dominicana que dio positivo tras regresar de su país parece estar bajo control. Junto a ella dieron positivo otras dos personas de su círculo más cercano y también una auxiliar de enfermería de Jarrio, vecina de Castropol, que era la única con un origen del contagio poco claro. En el Occidente siguen con un ojo puesto en La Mariña lucense donde continúan bajando los casos del rebrote (de más de 200 han pasado a 86). No obstante, en Ribadeo, frontera con Asturias, ayer pasaron de dos a cinco los casos positivos en covid-19.