La Universidad de Oviedo ha llevado a cabo una investigación, junto con la Fundación Oso Pardo, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IREC-CSIC) y la Universidad de O Porto (CIBIO-InBIO, Portugal), en la que se utilizaron diferentes herramientas genéticas para estimar el tamaño de las poblaciones de oso pardo y así comprobar su efectividad.

La investigación, que ha tomado como muestra el núcleo de oso pardo de la cordillera Cantábrica, concluyó que las estimaciones sobre el tamaño de población basadas en el uso de genética no invasiva -a partir del uso de indicios dejados como excrementos o pelos- dieron resultados lo suficientemente veraces, independientemente del marcador molecular utilizado. El estudio se llevó a cabo entre el otoño y el invierno de 2017 sobre un área de 3.525 km2 en el oriente de la cordillera Cantábrica. Tras la recolección de pruebas se pudo comprobar que las estimaciones de tamaño poblacional, que contaron alrededor de 50 osos, fueron consistentes.

José Vicente López-Bao, investigador de la Universidad de Oviedo, explica que "teniendo en cuenta que el tiempo de generación medio para el oso pardo en la cordillera Cantábrica se ha estimado en unos nueve años y que la directiva Hábitats requiere a los estados miembros la realización de seguimientos periódicos, consideramos apropiada la elaboración de una estima global para toda la cordillera Cantábrica cada cinco años". Los responsables del estudio, que fue publicado en la revista "Biological Conservation", recomiendan la combinación de herramientas moleculares sobre muestras no invasivas junto con la aplicación de métodos de captura-recaptura basados en cómo se distribuyen los diferentes individuos detectados y cuántas veces se detecta a cada uno de ellos en el espacio.

En las últimas décadas se ha visto una tendencia positiva en cuanto al crecimiento de las poblaciones de oso pardo en la cordillera Cantábrica. En el año 1989 se detectaron seis hembras con oseznos, mientras que en 2017 este dato aumentó a 41 grupos familiares, lo que ha confirmado la recuperación de la especie.