Aunque la disparidad entre comunidades autónomas sobre el debatido conteo de rastreadores complica que el Gobierno central pueda vigilar qué regiones deben incrementar su plantilla y cuáles no, la Consejería de Salud considera que está cumpliendo con las indicaciones generales al incluir en su censo a los 2.500 profesionales de atención primaria.

El equipo de "vigilantes", que suma actualmente 94 empleados tras incorporarse esta semana 20 trabajadores sociales, podría parecer escaso para el más del millón de habitantes de la región, aunque no hay un criterio fijo que lo contradiga: la comunidad científica recomienda en diversos estudios todo tipo de cifras, desde el centenar y hasta el millar de vigilantes por cada millón de habitantes. En cualquier caso, Salud, si se le pidiesen las cuentas, sumaría a su contador a todo el grupo, 2.600 trabajadores, dejando una ratio muy aventajada (un vigilante cada casi 400 habitantes). El sistema regional, "a diferencia de lo que ocurre en otras comunidades", implica a los centros porque "participan activamente en la detección de casos positivos", razonaba Salud hace semanas.