La plantilla de la sanidad pública asturiana se ha situado en casi 20.000 trabajadores (en concreto, 19.932) como consecuencia de las contrataciones llevadas a cabo para dar respuesta a la pandemia de covid-19. La tasa de incremento de personal ha sido del 15 por ciento, según señaló ayer la gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Concepción Saavedra. La cifra de partida antes del coronavirus era de unos 17.300 efectivos.

En el momento actual, en la sanidad regional están trabajando 2.458 profesionales en el rastreo y vigilancia de los contactos estrechos de los contagiados de coronavirus. De ellos, 2.224 son trabajadores de atención primaria -quienes obviamente tienen otras ocupaciones asistenciales más absorbentes- y los 116 restantes tienen otros perfiles profesionales.

Estos son algunos de los datos facilitados ayer por las autoridades sanitarias de la región en una rueda de prensa dedicada a dar cuenta de la evolución epidemiológica del covid-19 en Asturias y del plan de respuesta temprana del Sespa ante el coronavirus. A juicio del consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, la situación de la pandemia en el conjunto de España es "preocupante", mientras que en Asturias la situación ha evolucionado "mejor de lo que cabía esperar".

A juicio del coordinador del Observatorio de la Salud en Asturias, Mario Margolles, los datos de los dos últimos meses -julio y agosto- permiten hablar "de una nueva pandemia" dadas las distintas circunstancias epidemiológicas con relación a lo acontecido en el periodo marzo-junio.

Desde el inicio de la pandemia, se han detectado en la región 2.933 casos confirmados -2.973 con los 40 sumados ayer- de acuerdo al criterio del Ministerio de Sanidad (pruebas PCR), de los que el 38 por ciento requirió hospitalización; el 4,4 por ciento hubo de ingresar en una unidad de cuidados intensivos (UCI) y el 11,6 por ciento falleció.

Desde el 1 de julio se han computado en Asturias 498 casos de covid-19: la mitad son hombres y la otra mitad mujeres (a diferencia de lo ocurrido en la primera fase, cuando las mujeres fueron mayoría entre los contagiados). La edad media en esta segunda etapa es de 38 años, muy inferior a la de la primera fase, cuando era de 60 años. Según el doctor Margolles, en lo que va de verano se han identificado en la región un total de 15 brotes que suman 158 contagiados (un tercio del total de casos, aproximadamente) y ningún fallecimiento. De esos 15 brotes, cuatro se consideran no activos, al haber transcurrido dos semanas desde el último caso identificado.

La gerente del Sespa expuso el plan diseñado por su departamento para dar una respuesta rápida ante un posible aumento de la incidencia del covid-19. Entre otras actuaciones, el protocolo prevé "aumentar el número de dispositivos autocovid en las áreas sanitarias hasta un total de 14, lo que ofrecería capacidad para procesar cerca de 6.400 muestras diarias para la determinación de la covid-19 mediante análisis PCR", precisó Concepción Saavedra. En estos momentos, seis de las ocho áreas tienen equipos para realizar este tipo de pruebas.

Además, la red de centros hospitalarios públicos y concertados cuenta con 2.865 camas convencionales y 240 de UCI con respiradores y monitores. A estas plazas, se añaden otras 118 habilitadas para diferentes perfiles asistenciales: 60 en el Centro de Referencia Estatal para Personas con Discapacidades Neurológicas (Credine), de Langreo, y 58 en la residencia Ramón Menéndez Pidal, en Oviedo. El Sespa dispone, asimismo, de 397 respiradores invasivos y 170 no invasivos para adultos, así como 24 pediátricos.

La doctora Saavedra subrayó que el Gobierno regional se ha dotado de una reserva estratégica de materiales y de equipos de protección individual "que permitirán hacer frente a los diferentes escenarios asistenciales de los próximos meses". La gerente del Sespa informó de que actualmente hay ocho pacientes ingresados con coronavirus en Asturias: seis en planta y dos en UCI. Entre los infectados figuran 711 profesionales sanitarios.