La pandemia no pudo con la atracción turística de Asturias. El Principado, que se vendió al conjunto del país como el "paraíso de la salud", se puso a la cabeza de la ocupación hotelera el pasado mes de agosto, con resultados mucho mejores de lo que se temía el sector, aunque alejados de los que se registraron el año pasado, cuando se batió el récord de visitantes. En agosto la ocupación rozó el 70 por ciento, pero si se tiene en cuenta también el mes de julio, la tasa fue del 59 por ciento, cuando la media nacional no superó el 40. Asturias y Cantabria fueron las únicas comunidades que superaron el 50 por ciento de ocupación.
Colunga ha sido el concejo líder en ocupación, no solo en Asturias, sino en el conjunto del país, con un 88,6 por ciento. Le siguió muy de cerca Ribadesella, con el 86 por ciento. Pero junto a ellos, los concejos de Villaviciosa, Cangas de Onís y Valdés permitieron que cinco municipios asturianos estuvieran entre los más visitados de todo el panorama nacional.
La ocupación en Asturias durante el mes de agosto fue del 68,2 por ciento, solo superada ligeramente por Cantabria, que alcanzó el 70,6 por ciento, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Las cifras bajan al detalle y revelan que los hoteles de Colunga y Ribadesella registraron las ocupaciones más altas, superando el 80 por ciento, y también indican que los resultados fueron más óptimos en Oviedo que en Gijón. En este sentido, fuentes del sector indicaron que esto se debe a que no se han tenido en cuenta los apartamentos turísticos ni las viviendas de uso turístico. En esa lista también figuran Cangas de Onís y Valdés.
La cifra de ocupación hotelera facilitada por el INE es inferior al 83 por ciento que calculó la patronal turística asturiana, Otea. Una posible explicación, según las fuentes consultadas, podría estar en que el Instituto Nacional de Estadística haga las cuentas sobre el número total de plazas hoteleras, mientras que la asociación sectorial hace las cuentas sobre las que están en servicio, sin tener en cuenta los negocios de hotelería que están cerrados o tienen parte de sus plazas cerradas al público para cumplir con la normativa por el covid-19.
Otea lleva años reivindicando la constitución de un Observatorio del Turismo en Asturias, lo que permitiría tener estadísticas pegadas al terreno, como dicen en el sector, y conocer las preferencias de los viajeros, su origen y adaptar la oferta turística para que la región sea más atractiva, al personalizar las ofertas.
Pese a los buenos datos del mes de agosto -teniendo en cuenta las perspectivas iniciales-, la rentabilidad sin embargo no ha sido tan favorable. Según el sector turístico, las medidas que se han tenido que adoptar por la pandemia han obligado a los hoteles a incrementar el número de empleos cuando se han tenido que restringir los espacios y servicios que se ofrecían tradicionalmente a los clientes. Y eso ha repercutido en la facturación y, en definitiva, en la cuenta de resultados.
Aun así, los empresarios turísticos asturianos quieren ver la parte positiva. La primera es que se ha librado el verano mejor de lo previsto, y la segunda, que Asturias se está comportando como una de las mejores comunidades del norte de España en atracción de visitantes.
El secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, anunció ayer que el Gobierno central trabaja ya "de manera activa" para mejorar el programa del Imserso y adecuarlo a las circunstancias actuales con el objetivo de que sea un programa "seguro que proteja a la población que disfruta de él año tras año". Añadió que la decisión de suspender el programa responde exclusivamente a criterios de "salud pública", para no exponer a las personas mayores de manera innecesaria.
