Rafael P. D., un joven de 22 años de edad, aceptó en la mañana de ayer, en la sección tercera de la Audiencia Provincial con sede en Oviedo, una condena de un año de cárcel por abusar sexualmente de una menor gijonesa de 14, con la que tuvo relaciones consentidas por espacio de unos trece meses. El ministerio público, que pedía inicialmente una condena de dos años y medio de prisión, accedió a reducir su petición de condena al apreciar la atenuante de confesión de los hechos por parte del acusado, de origen brasileño y defendido por letrado Fernando Carbajo. El ministerio público ya solicitaba previamente una pena reducida, al entender que la menor "tenía cierto grado de madurez" cuando mantuvo relaciones sexuales con el acusado, y que éstas habían sido consentidas.

La defensa estaba dispuesta a celebrar el juicio, al entender que tanto su cliente como la menor tenían un grado de madurez muy similar, a pesar de la diferencia de edad. No obstante, el riesgo de recibir una pena que implicase ingresar en prisión, hizo que el acusado aceptase finalmente el relato del fiscal y la condena propuesta, que le obligará a permanecer alejado de la adolescente (ella tiene ahora 17 años) por espacio de cinco años, así como a pagar una indemnización de 1.800 euros. También estará en libertad vigilada durante seis años, y tendrá que realizar cursos de reeducación sexual.

La acusación particular, que ejerce la familia de la menor víctima de los hechos, bajo la dirección letrada de la abogada Begoña Fernández, solicitaba hasta ocho años de cárcel, aunque finalmente se acomodó a la solicitud del fiscal, sobre todo al establecerse una medida de alejamiento.

El ministerio público sostenía que el acusado, nacido en 1998, había mantenido una relación sentimental consentida con la niña, que incluía relaciones sexuales frecuentes, entre el mes de septiembre de 2017 y el 24 de septiembre de 2018, fecha en la que se dictó auto por parte del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Gijón, que acordaba una orden de protección respecto a la menor, después de que se presentase una denuncia.

El motivo de esta orden de protección era frenar lo que se entendía como un delito de abusos sexuales. Y es que tener relaciones sexuales con una persona menor de 16 años conlleva penas de hasta 12 años de prisión, aunque éstas sean consentidas, a menos que se trate de personas de edades y una madurez similares. Si hay diferencia de edad y madurez se entiende que la persona mayor está aprovechándose de la inexperiencia de la de menos edad.

Tras la celebración del juicio, y saludar a familiares que le esperaban en el vestíbulo de la Audiencia Provincial, el acusado regresó a la prisión de Asturias, en la que está encerrado desde que fue detenido hace un tiempo por una cadena de robos de bicicletas que preocupó bastante en la ciudad de Gijón. El joven cuenta además con otros antecedentes policiales.