Una Denominación de Origen que sirva de paraguas para una amplia variedad de quesos de la región. Diferentes entre sí, pero con dos características comunes: la utilización de leche asturiana cruda (no pasteurizada) y su elaboración dentro de los límites geográficos del Principado. Esa es la intención de un grupo de queseros de asturianos, conseguir ser reconocidos y protegidos por la normativa europea. Actualmente son seis las empresas que firman la petición que se dirigirá al Ministerio de Agricultura el próximo miércoles, pero ayer, en su presentación en la sede de la FADE, manifestaron su idea de aceptar a quienes cumplan dichas condiciones. Y pidieron que el Principado les apoye en su iniciativa para dejar el balón en el tejado de la UE. "Creemos que deben de ir de la mano con nosotros", reclamaron.

Conseguir que la Unión Europea otorgue la Denominación de Origen Protegida (DOP) es una pelea que lleva tiempo, comenzó en el año 2016 y los promotores estiman que pueden conseguirla en un tiempo variable entre los dos y los cinco años. "Dependiendo de la agilidad de la administración", admitía Pascual Cabaño, propietario de la praviana Rey Silo. En la presentación de la petición de la DOP en Oviedo se encontraban el resto de firmantes actuales: Gustavo Forcelledo, José Bada, José Luis Montes, Juan José Fernández, Manuel Gutiérrez y Pepe Sariego. El último será el presidente del consejo regulador que se conforme cuando se consiga la Denominación. El encargado de regular y normalizar la actuación de los adscritos. Entre los firmantes están las queserías Rey Silo (Pravia), La Chivita (Peñamellera Baja), El Cabriteru (Cabrales), Queso de Varé (Siero), La Saregana (Sariego) y El Teyedu (Cabrales).

El próximo miércoles, los quesos asturianos quieren dar su primer paso hacia Bruselas. Cuando presenten un escrito con los pliegos de condiciones dirigido al Ministerio de Agricultura y al Principado. El segundo no vio bien la iniciativa en 2016, cuando intentaron conseguir la Denominación de Origen por primera vez. La heterogeneidad de los quesos firmantes fue la baza que les jugó en contra. Ahora, los queseros esperan que cambien de parecer, entre otras cosas porque existen precedentes. Por ejemplo, los vinos catalanes, protegidos por una denominación común, pero que engloban muy distintas variedades de uva. Aunque consiguieran obtener esa denominación, en la agenda de los queseros no está "de momento" hacer planes empresariales comunes. Los objetivos son otros: "dar visibilidad a pequeñas queserías, proteger la producción local y ofrecer garantías al consumidor".