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Los expertos quieren el toque de queda en Asturias para evitar reuniones nocturnas

Faltan medidas más duras para frenar el contagio, defienden los epidemiólogos

Los expertos quieren el toque de queda en Asturias para evitar reuniones nocturnas

¿Es necesario el toque de queda en Asturias? Los epidemiólogos están de acuerdo en que hacen falta medidas más duras, más restrictivas, para doblar la curva de casos. Para empezar, habría que cerrar la hostelería -o al menos no permitir el consumo en su interior-, igual que los gimnasios, las reuniones y el ocio nocturno en cualquiera de sus formas. Lo ideal sería prohibir temporalmente cualquier actividad que no fuera esencial, porque "Asturias aún está a tiempo" de frenar los contagios.

El Consejo Interterritorial de Salud, en el que participan las 17 comunidades autónomas con el Gobierno central, analizará hoy la posibilidad e idoneidad de decretar el toque de queda nocturno en todo el país para contener la pandemia emulando a otros países como Francia y Bélgica. Pero no hay toque de queda sin estado de alarma, y para decretar esta medida, el Gobierno socialista de Pedro Sánchez quiere contar con el apoyo del Congreso de los Diputados, y sobre todo del PP. Una vez despejado el panorama, será mañana, viernes, cuando el Ejecutivo socialista del Principado adopte sus propias decisiones sobre las medidas a aplicar en Asturias.

Daniel López Acuña, epidemiólogo y exdirector de Acción Sanitaria en situaciones de crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es partidario de "intensificar más las restricciones y volver a la fase 1 de la desescalada o establecer el toque de queda con medidas más severas" con el objetivo de restringir la movilidad y la actividad nocturna. Eso sí, el toque de queda serviría de poco si se implanta a partir de la medianoche. "Lo ideal sería de las 10 de la noche a las 6 de la mañana", concreta.

Para López Acuña, en Asturias ha sido importante volver a la fase 2 "con ajustes", aunque aún sigan cifras elevadas de contagios "que continuarán durante unos días porque aún tardará verse su efecto". Pero hay que ser más restrictivos porque "se ha generado mucho contacto en ocio nocturno y en actividades familiares".

El epidemiólogo asegura que "hay que perder el miedo a expresiones como el estado de alarma", porque no deja de ser un mecanismo jurídico para reducir las libertades individuales con confinamiento perimetral o de horarios. "Y en estos momentos necesitamos más medidas restrictivas para reducir los contagios", que se registran "sobre todo en el ámbito social, en las reuniones familiares y de amigos. Las burbujas sociales son básicas".

Daniel López-Acuña es contundente: "Entiendo a los propietarios de los negocios de la hostelería, pero ahora deberíamos centrarnos en las actividades esenciales, y los bares y restaurantes no son esenciales, como tampoco los son los gimnasios ni el ocio nocturno", asegura.

Usama Bilal es profesor de Epidemiología y Bioestadística, además de investigador, en la Drexel University, en Filadelfia (EE UU), y ha asesorado al Gobierno del Principado durante la desescalada. En su opinión, el toque de queda "parece una medida en la dirección correcta", pero por sí sola insuficiente porque "queda mucho por hacer".

Cree que "viendo las advertencias de Salud para evitar y controlar los brotes, no se tendría que haber vuelto a esta situación". Bilal asegura que "hace mucho que el interior de bares y restaurantes no deberían estar abiertos, posiblemente nunca debieron reabrir esos interiores", y también se "deberían de haber implementado otras medidas mucho antes para evitar contagios en centros de trabajo y gimnasios, como el uso obligatorio de las mascarillas". Según Usama Bilal, "en muchos lugares el rastreo está dejando mucho que desear. Es fácil trazar casos en colegios y lugares de trabajo porque la gente va de manera repetida". Pero hay que intensificarlos entre la población.

El profesor e investigador asegura que el objetivo del toque de queda "es el mismo en todo caso: reducir los contactos entre la gente y reducir el riesgo de esos contagios. Y para eso hay que evitar aglomeraciones, reuniones de muchas personas... Para reducir el riesgo, se busca que no haya encuentros en espacios cerrados, y es lo que deberíamos estar favoreciendo ya". Por último, una llamada importante: "atención a los geriátricos, donde hay mucha población vulnerable".

Pedro Arcos, especialista en medicina preventiva y salud pública, epidemiología de emergencias y desastres y control de enfermedades transmisibles en emergencia, asegura que "en Asturias aún se está a tiempo", pero para ello se necesita el estado de alarma con medidas restrictivas. En su opinión, el toque de queda "no vale", al menos por sí solo y si es solo en horario nocturno. "Es casi imposible controlar que las personas no se reúnan en sus casas, y nadie puede pretender controlar la vida familiar de la gente por la fuerza".

Arcos, también profesor en la Universidad de Oviedo, asegura que "hay que cerrar el interior de los bares, no solo las barras, y dejar como mucho las terrazas. Cerrar también los restaurantes, los gimnasios... Todo lo que no suponga estar al aire libre y mucha ventilación".

Y alerta: "Hay que abrir ya los centros de salud y la asistencia presencial", porque si no es así, si no se abren, "la cantidad de procesos de enfermedad sin control y el retraso en los diagnósticos de problemas no covid va ser tremendo. Nada justifica la falta de atención".

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