Los grandes centros comerciales de la región, que suelen estar repletos los fines de semana y se nutren principalmente de residentes en el área central de Asturias, se vieron ayer muy afectados por los cierres perimetrales establecidos en las principales ciudades. Esas grandes superficies están ubicadas en municipios a los que no afectan los cierres, pero echaron mucho de menos a la gente de Oviedo, Gijón y Avilés, grueso de sus clientes.

En el caso de Parque Principado, en el concejo de Siero, los clientes pudieron comprobar que lo de las restricciones no es ninguna broma. En los accesos al centro comercial de Paredes se estableció un control de la Guardia Civil en el que los agentes dieron el alto a todos aquellos ciudadanos de municipios confinados. Entraron incluso en el interior de los autobuses. "Aquellos que no vengan a trabajar y sean de Oviedo, Gijón u Avilés tienen que llegar al destino, coger otro autobús y darse la vuelta para sus casas. No se puede venir a hacer compras", les explicó a los viajeros uno de los mandos.

Los propietarios de los negocios que hay en el interior notaron el efecto de los cierres en las grandes ciudades. "No hay comparación con otros fines de semana. Hay muchos clientes que son fijos y que no han podido venir porque no pueden salir de sus municipios. Esta situación afecta a muchas personas y a muchos sectores, pero la hostelería y el comercio están siendo losa más perjudicados", afirmó Jesús María Iglesias, que regenta un restaurante en Parque Principado.

El avilesino David González tenía encargado un paquete en el centro Parque Astur de Corvera cuando decretaron el cierre perimetral del municipio. La tienda le avisó de que había llegado y él se dio cuenta de que no podía ir a buscarlo. Era un regalo para su hijo pequeño, que cumple años la semana que viene y que "prácticamente no va a poder celebrar". El padre no quería que se quedara tampoco sin recibir absolutamente nada y, aprovechando que tenía que salir fuera por trabajo, se desplazó al centro comercial. "Entiendo la medida, pero creo que cerrarán muchas tiendas", explica.

En la misma dinámica se encuentran Miriam Peláez y su madre Luz María González, de Castrillón, área no confinada. "Está muchísimo más vacío que cualquier sábado; menos barullo de lo normal", señala la hija. Y un claro indicador es que "encontraron sitio a la primera".

La visita al centro comercial de las dos castrillonenses se centró en una parada rápida en la joyería, con una conversación sobre los dos temas del día.

Por un lado, el desbarajuste de los cierres perimetrales, ya que nadie tenía claro a esas horas quién podía ir al centro comercial, y por el otro, referido al excepcional vacío en el lugar. "Yo lo veo bien. Tenemos que tener cuidado todos y si en Avilés hay mayor incidencia, tienen que confinarse", apuntó Miriam Peláez, mientras su madre asintió en señal de apoyo.

Por eso ayer, salvo casos excepcionales, como el de David González, fue muy complicado encontrarse a un avilesino haciendo la compra. El temor que también reside en Parque Astur entre los empresario es que el cierre de Avilés lleve aparejado un cierre de tiendas.