La Semana de la Ciencia de LA NUEVA ESPAÑA, que en su quinta edición incorpora a su nombre el de Margarita Salas, ofrece desde mañana y hasta el próximo viernes una ocasión adicional para afianzar el proyecto cada vez más visible de la fundación que protegerá el legado de la investigadora valdesana. A menos de dos semanas del primer aniversario de su fallecimiento, se estrena una ligazón entre el ciclo de divulgación científica y la memoria de la bioquímica y se inaugura también un deseo de vínculo duradero entre la Semana y la Fundación. Lucía Viñuela, hija de la científica asturiana y próxima presidenta de la institución que administrará su abundante herencia científica, intelectual y personal, espera que la entidad pueda involucrarse y participar a partir de la siguiente edición del foro divulgativo, una vez que tome forma definitivamente el proceso de crecimiento de la institución, que se encuentra en fase de revisión de sus estatutos.

Una parte importante del camino está en marcha ya, no obstante, desde hace meses. El proyecto, que echó a andar por iniciativa de tres discípulos de Salas, Cristina Garmendia, Jesús Ávila y Luis Blanco, se ha asegurado ya una parte fundamental del combustible que la hará avanzar en el futuro. Ha confirmado que el patronato tendrá al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que fue "la casa" de Margarita Salas durante 51 años, y a la Universidad Autónoma de Madrid, que cederá la sede de la Fundación, pero también al Gobierno del Principado y a los de la Comunidad de Madrid y la Junta de Extremadura, tierra natal del marido de Salas, el también investigador Eladio Viñuela. Con esos mimbres, y la pretensión de arrancar con un órgano de gobierno de doce componentes que se amplíe a veinte una vez que se recabe la colaboración de algunas empresas, la Fundación espera empezar a cumplir sus propósitos, empezando por el de la conservación del legado científico y personal de la investigadora.

Ella disfrutaba especialmente, cuenta su hija, "cuando tenía que dirigirse a niños de colegios e institutos", y por eso su fundación añade a sus intenciones la de "despertar vocaciones científicas entre los niños y niñas", haciendo mucho proselitismo científico en centros educativos. También decía Margarita Salas que "un país sin investigación es un país sin desarrollo". En consonancia, la institución que llevará su nombre también asumirá la pretensión de contribuir a evitar la fuga de talento científico, conforme a un plan muy concreto que prevé que la fundación se haga cargo de los contratos de investigadores que habiendo concurrido a una plaza -en el CSIC, por ejemplo- se hayan quedado fuera. Se trata de asumir sus proyectos hasta que puedan volver a presentarse a una nueva convocatoria y evitar así que se frustren y se vayan.

Todos estos propósitos difusores de la vocación científica y vinculados a la retención del talento casan con los de la Semana de la Ciencia, cuya quinta edición arranca mañana y se prolonga hasta el viernes con una charla diaria a partir de las siete de la tarde, tres en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA -con el aforo reducido a cincuenta personas- y dos en formato telemático, aunque todas las sesiones de transmitirán a través de la edición digital del periódico. El ciclo cuenta con el patrocinio de Química del Nalón, Bayer, Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, Ieducae y Asturagua.