Aún con la pandemia encima, la pesadilla del nuevo programa de gestión económica continúa en los centros educativos de la región. Los equipos directivos están desesperados y hay decenas de colegios e institutos que todavía no han podido cerrar la contabilidad de 2019, debido a la complejidad y los fallos que genera el sistema, denominado GICE. Más de 200 secretarios remitieron el pasado viernes un escrito a la consejería de Educación en el que se quejan de la “formación tardía e insuficiente” en el programa, de la “ausencia total de respuesta por parte del servicio de Gestión Económica cuando se les comunica una incidencia”, de la “incapacidad de realizar una sola operación completa” y de los “errores en la migración de datos” del sistema anterior al actual en 2019. “Estamos absolutamente desamparados”, se quejan.

Los directores están especialmente molestos con un correo que les envió la semana pasada la Consejería de Educación. En él, el servicio de Gestión Económica urge a los centros a presentar “en la mayor brevedad” posible las cuentas de 2019, tras haber dado, en un principio, como fecha máxima el 31 de julio. “En el email básicamente se nos recuerda que somos los responsables de la rendición de cuentas y que asumamos las consecuencias. Nos quedamos petrificados al leerlo. Después del esfuerzo épico que hemos hecho para hacer de los centros lugares seguros frente al covid, nos dan esta torta”, protestan los equipos directivos. En concreto, el departamento de Carmen Suárez utiliza una sentencia para advertirles que “no rendir cuentas debiendo hacerlo por razón de estar encargado de la custodia o manejo de caudales públicos, puede constituir un alcance y generar responsabilidad contable”.

En condiciones normales, las cuentas del año anterior se cerraban en febrero. Sin embargo, este año, con los problemas que generaba el GICE y la crisis sanitaria, todo se complicó. Hasta el punto de que todavía a día de hoy hay centros sin presentar las cuentas de 2019. Los secretarios –algunos de ellos han dimitido como consecuencia del nuevo sistema de gestión– insisten en que su voluntad es cerrar el ejercicio, pero no pueden. “¿Cómo no vamos a querer entregar las cuentas? La cuestión es que el programa es muy complejo, da errores, intentas seguir y no te deja”, protestan.

Además, denuncian que nadie en la Consejería resuelve sus dudas. “Ni siquiera responden al teléfono”, rematan. Y así se lo han trasladado al equipo de Carmen Suárez en un escrito firmado por más de 200 secretarios. En dicho informe dejan claro que “no hay un servicio de consulta a especialistas en GICE al que poder plantear dudas y problemas” y que la formación ofrecida fue “tardía e insuficiente; en unas ocasiones sin los medios tecnológicos necesarios, y en otras sin ponentes especialistas en dicha aplicación”.