“Un margen de negociación para cada partido”, repartido “en función de su representatividad”. La presidenta del PP de Asturias, Teresa Mallada, dejó esa propuesta sobre la mesa del Gobierno en la reunión de cierre de la primera ronda de conversaciones que buscan apoyos parlamentarios para el proyecto de Presupuesto de 2021. En la práctica, la materialización de la oferta supondría dar al PSOE y al PP la batuta para dirigir el diseño de las cuentas del próximo año, o según su visión, para sentar “unas bases” a las que “podrían sumarse las propuestas del resto de partidos”, siempre en función de su peso político en la Junta.

“Sería lo ideal”, argumentó la líder popular, para conseguir unas cuentas en la que “estarían representados todos los partidos”, pero siempre de acuerdo con una fórmula en la que la voz cantante sea para “PSOE y PP, que representamos a más del cincuenta por ciento de los asturianos”. La oferta nace de la convicción del PP de que “no queremos unos Presupuestos ideológicos o para pagar favores a los partidos de izquierdas” y ayer quedó, según la propia Mallada, “en el aire”. De la otra parte, en una evaluación prudente que tal vez contenga la semilla de una negativa esperada, la consejera de Hacienda, Ana Cárcaba, se limitó a responder que “lo importante es escuchar las propuestas que se realicen. El Gobierno está trabajando en un Presupuesto lo más consensuado posible, con una base progresista, pero en el que trataremos de dar cabida a las políticas, vengan del partido que vengan, que permitan dar respuesta a la crisis”.

Considerando que el binomio PSOE-IU está a solo un voto de la mayoría necesaria para sacar adelante las cuentas, las posibilidades de éxito de la oferta popular menguan. Así se terminó en todo caso ayer la primera ronda de contactos entre los grupos políticos para tratar de sacar adelante un Presupuesto considerado desde todos los flancos excepcional y más necesario que nunca. Ahora vendrá el desmenuzado de la arquitectura interna y el encaje de las propuestas de cada uno. El PP, igual que todos los interlocutores que ha tenido el Gobierno entre la pasada semana y esta –la totalidad del arco parlamentario, excepto Vox–, quedó emplazado a más reuniones en las que los populares pedirán concreción respecto a algunos datos que solicitaron y no tienen, sobre todo atinentes al reflejo de los fondos europeos de rescate que recibirá el Principado.

Al decir de su portavoz parlamentaria, los populares negociarán “sin poner líneas rojas ni entregar cheques en blanco”, con exigencias que a su vista contrastan con la actitud “de algún partido que ha garantizado su apoyo sin conocer siquiera el contenido del Presupuesto”, y pidiendo sobre todo “medidas de rescate para los sectores que lo están pasando mal”. También quieren “un Presupuesto con sentido común, que no se haga a base de una avalancha de peticiones de los grupos”, y encajan ahí su propuesta respecto a la cuota de negociación en función de los escaños en la Junta.

Acabada así la primera ronda de reuniones, Ana Cárcaba percibe “sin duda” una mejor disposición al diálogo que el año pasado entre las fuerzas de la oposición, a las que agradece el esfuerzo y de las que “aprecia y valora” todas las propuestas.