“La situación en las UCI es muy jodida”. Así de gráfico fue ayer el director general de Cuidados, Humanización y Atención Sociosanitaria, Sergio Valles, para pedir el autoconfinamiento que permita controlar la transmisión del covid-19 y conseguir controlar y erradicar el virus de los geriátricos, donde reside la población más vulnerable. “Podría utilizar una expresión menos soez, pero lo hago para transmitir el mensaje con claridad y contundencia”, aseguró.

Sergio Valles compareció junto con el coordinador del Observatorio de la Salud del Principado de Asturias, Mario Margolles, quien facilitó datos sobre la situación en los geriátricos asturianos, donde el covid-19 está golpeando con más fuerza que en la primera ola, aunque se registran, al menos de momento, menos fallecidos.

Durante esta segunda ola se han registrado 1.680 casos en los geriátricos (datos del domingo), de los que 1.238 son residentes y 446 trabajadores. Los fallecidos ascienden a 173, mientras que en la pasada primavera fueron 283. Sobre la letalidad, Margolles destacó que en la primera ola de la pandemia la tasa de letalidad llegó al 31 por ciento de los residentes positivos, mientras que en la segunda esa tasa se ha reducido hasta el 13 por ciento, lo que supone que ha disminuido 2,7 veces.

Valles explicó que el domingo se detectaron 50 nuevos casos, 38 en residentes y 12 en trabajadores, en un total de 17 residencias geriátricas distintas. En toda esta segunda ola, se han registrado contagios en 157 residencias con al menos un caso, y ha habido fallecimientos en 33 de ellas –hay 270 en Asturias, entre públicas y privadas–.

De los 1.680 casos registrados en la segunda ola, el 90 por ciento de ellos son asintomáticos y se han detectado mediante los cribados que se realizan. Solo el 10 por ciento presentan síntomas.

Mario Margolles señaló que, mientras en primavera se registraron en los geriátricos el 40 por ciento del total de los casos positivos y el 66 por ciento de los fallecidos, en esta segunda fase de la pandemia no llegan a uno de cada diez los positivos detectados y el 40 por ciento de las víctimas mortales.

Los contagiadores

Tanto Valles como Margolles coincidieron en señalar que son los trabajadores quienes introducen el virus en los centros geriátricos “porque tienen vida fuera”, alabaron la “labor extraordinaria” que realiza el personal sociosanitario y defendieron la estrategia que se está siguiendo desde la Consejería de Salud para tratar de reducir el impacto en estos centros.

Hablamos de unos 7.000 trabajadores que cada 28 días se someten al cribado, y hay días que se realizan hasta 2.000 PCR en residencias, porque se le hacen a la totalidad de residentes y trabajadores cuando se detecta un solo caso”, explicó Sergio Valles. Además, cuando uno de ellos está siete días o más alejado de su puesto de trabajo, se le hace la prueba para reincorporarse.

Valles no descartó que sea necesario medicalizar alguna residencia si no se consigue controlar la penetración del virus en estos centros. También indicó que se está estudiando el posible uso de las pruebas de antígenos en los geriátricos, aunque indicó que sus resultados son fiables cuando hay sintomatología. Por lo que de momento se continuará con su “patrón de oro”, que son las pruebas PCR. El presidente del Principado, Adrián Barbón, también anunció ayer que se reforzarán los cribados.

Tras facilitar los datos correspondientes a los geriátricos –hoy está previsto publicar los correspondientes a los brotes–, Valles finalizó insistiendo en que “es necesario el autoconfinamiento. En memoria de los aplausos que antes dábamos todos a las ocho de la tarde, como muestra de agradecimiento a los trabajadores sanitarios, a los sociosanitarios, a los esenciales y a cada persona mayor, ahora les pido que nos confinemos. A pesar de las noticias esperanzadoras que tanto necesitamos, recordemos que en el momento actual la única vacuna disponible es el comportamiento de todas y todos”.