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La segunda ola golpea donde el impacto de la primera fue menor

Asturias y Murcia, las comunidades con menos infectados la pasada primavera, sufren ahora más que el resto de territorios

Área de enfermos críticos del HUCA.

La benignidad de la primera oleada del coronavirus dejó inmunizadas a muy pocas personas y esta falta de protección está en la base de la agresividad de esta segunda fase pandémica. Este es uno de los factores que barajan los técnicos de la Consejería de Salud de Principado para explicar la elevada cifra de infectados, hospitalizados y fallecidos que lleva sufriendo Asturias desde principios del pasado octubre. El contraste entre la primera y la segunda ola no es exclusivo del Principado. Murcia, por ejemplo, registra una situación similar. Ambas regiones tienen más ingresos y fallecidos diarios por coronavirus que en la primera ola.

Un dato se halla en la base de esta hipótesis que gana adeptos. El pasado mes de junio, la tercera ronda del estudio nacional de seroprevalencia constató el bajo impacto del covid-19 en Asturias. Según el análisis de ámbito nacional, solo el 1,9 por ciento de la población del Principado había pasado la enfermedad y estaba inmunizada. Asturias se situaba así como una de las comunidades con menor porcentaje de personas contagiadas, junto a Murcia (1,6 por ciento) y Baleares (1,4 por ciento). En este último territorio el golpe de la pandemia ha sido relativamente bajo en ambas fases. Por el contrario, las zonas con más prevalencia en la primera ola habían sido Madrid (11,7 por ciento) y las provincias de su entorno, Soria (14,4), Segovia (12,4) y Cuenca (11,4 por ciento).

¿Cómo se explica la diferente magnitud de la pandemia en Asturias en ambas fases? “Hay varios factores. Por una parte, seguramente después de la primera ola perdimos el miedo a la infección. Después influyó que dimos por terminada la primera ola cuando en otros lugares de España aún estaba activa. Y sin duda ha influido la baja tasa de inmunizados que tuvimos en Asturias en la primera ola. No nos ha pillado de sorpresa. Veníamos temiéndolo desde hace tiempo. El problema es que esta segunda ola nos ha pillado más expuestos”, explica Santiago Melón, jefe del laboratorio de Virología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

A juicio de Pedro Arcos, profesor de Medicina especializado en medicina preventiva y salud pública, si tras la primera fase estaban inmunizados el 1,9 por ciento de los asturianos, en el momento actual esta tasa puede situarse “entre el 8 y el 10 por ciento”. “Puede parecer mucha diferencia, pero una evolución de 2 a 8 sobre 100 es tan baja que difícilmente puede modificar la situación epidemiológica de una población”, indica Pedro Arcos.

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