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Los comerciantes ya piensan en aprovechar el “Black Friday”

El sector espera con impaciencia la reapertura, tras un cierre que insiste en calificar de “error”

Gemma Tuya prepara mercancía en su comercio de la calle Los Moros, de Gijón. | Ángel González

Esta información ha sido elaborada por C. LAMUÑO (Oviedo), Andrés ILLESCAS (Lugones), M. MANCISIDOR (Avilés), D. MONTAÑÉS (Mieres) y Luján PALACIOS (Gijón)

Satisfacción unánime por la reapertura de actividad en el pequeño y mediano comercio de Asturias, que ya hacía planes ayer para aprovechar el “Black Friday”, mientras seguía sin explicarse los motivos por los que el Principado decidió su cierre por la cifra de contagios general, cuando las medidas de aforo y distancias se estaban cumpliendo con rigor.

Sara Menéndez, coordinadora de la mesa de comercio de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) e interlocutora ante la consejería de Industria durante estas semanas de negociación, seguía convencida ayer de que los contagios no tienen que ver “con los metros ni los productos que se venden, sino con los aforos”. Por ello, desde la patronal, entienden que el comercio minorista “ni ha visto contagios ni los verá”.

Sandra García, responsable de Calzados Lorma, de Avilés. | Mara Villamuza

Las condiciones de reapertura, explican desde la patronal, son “continuistas” con las que se llevan tomando desde la desescalada. Entonces el comercio cumplió y sostienen que “lo seguirá haciendo”. Por ello, los comerciantes insisten en el “error” de la administración al condicionar el cierre a la cifra de contagios. Representantes de las asociaciones insisten en que “no hay vinculación alguna” entre la enfermedad y el comercio, pues no suponen un “foco de infección”.

Los paquetes para enviar a sus clientes se amontonaban ayer en la puerta de su tienda de ropa, pero la gijonesa Gemma Tuya no puede esperar para reabrir en la calle Los Moros de Gijón, porque “lo más importante es que la gente pueda venir, probar y dejarse aconsejar; el calor humano es lo que necesitamos”. Aún con “las restricciones que nos quieran poner", ayer esperaba como agua de mayo la noticia del permiso para reabrir el pequeño comercio, mientras ordenaba las prendas recién llegadas en los estantes y ponía “un poco más guapa” la tienda.

“Dentro de lo malo, nosotras hemos seguido vendiendo online y la gente, sobre todo de Gijón, se ha portado fenomenal. Mucha gente que no era clienta ahora se ha animado en internet y estamos muy contentas”, explica. En su caso, tiene cuatro empleadas y, entre todas, preparaban los descuentos para el “Black Friday”, que aplican durante toda esta semana. “Lo hacemos sobre todo para agradecer a nuestras clientas su fidelidad, porque lo cierto es que con la campaña ya perdida, abrir con rebajas va a matar al pequeño comercio”. Además, “creemos que es hasta peligroso reabrir ahora con toda la avalancha de gente que se espera para las compras de Navidad y aquí hay que desinfectar la ropa y los probadores cada vez que se usan”. En todo caso, espera que “la gente se comporte y cumpla todas las normas”, porque el pequeño comercio está deseando recibir a sus clientes.

María Jesús Díaz, de Galerías Rosana, en Mieres. | Jandro Rodríguez

Sandra García es la responsable de calzados Lorma, un negocio ya de solera en El Carbayedo, en Avilés, que abrió sus puertas en 2006. Lejos de bajarse del tren en plena pandemia por el nuevo coronavirus, García ha decidido en los últimos días darle alas online a su negocio: “Tenemos bastante movimiento, pero a costa de muchísimo trabajo: hacer vídeos y fotografías de la mercancía, atender las redes sociales, controlar los mensajes y pedidos por el ordenador… Hemos tenido que hacer lo imposible para compensar la pérdida de clientes avilesinos, por el cierre físico del negocio, con nuevos compradores de otros sitios que nos han llegado online”, explica que esta joven que está deseando abrir las puertas de la tienda. Sabe que entonces volverán a cruzar el umbral clientes de Oviedo, Gijón, Gozón… Y también de Avilés. Tanto es así que Sandra García prevé abrir, con sorpresa para sus clientes: “Hemos organizado el Black Friday, que se alargará hasta el domingo”, subraya esta empresaria de Avilés

María José Díaz lleva seis años al frente de una conocida boutique de Mieres, Galerías Rosana. Espera la reapertura del negocio con impaciencia: “El Gobierno regional ha cometido un grave error cerrando el comercio y ahora la rectificación puede llegar tarde para muchos”. Esta conocida empresaria estima que este segundo cese obligado de actividad le ha supuesto una pérdida de unos 9.000 euros: “Nos pilló con la ropa de temporada recién recibida y, a los dos días de cerrar, ya me habían llegado 3.000 euros en facturas”. Su objetivo a estas alturas es simplemente sobrevivir: “La campaña de Navidad no subsanará las pérdidas. Una tienda pequeña tiene que vender mes a mes, no sirve tener un pico alto de una o dos semanas. No podemos avanzar a empujones”. La Unión de Comerciantes del Caudal sostiene que, en estos momentos, están en riesgo de echar la persiana definitivamente cerca de la mitad de los negocios de Mieres que se han visto afectados por los cierres.

Daniel Cabal, ante su tienda de Lugones. | Andrés Illescas

En Lugones, los comerciantes también celebran volver a abrir, pero se acuerdan de sus compañeros hosteleros: “La gente así no vive y nosotros tampoco. Solo van a venir a comprar lo de primera necesidad y se van. Sin embargo, con los bares abiertos, la gente se da un paseo, mira en las tiendas y toma algo”, apunta Daniel Cabal, propietario de un bazar en la localidad más poblada del cuarto concejo de Asturias.

Los comerciantes del Caudal prevén que la mitad de los negocios de Mieres se verán obligados a cerrar

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Sus quejas, a pesar de la alegría de poder reabrir, continúan con las ayudas. “No las queremos para comer, las queremos para resistir”, subraya. Según relata, la necesitan “ya”, aunque luego se la reclamen “por volver a abrir”. Además, el cierre perimetral también le parece un problema importante, “porque antes había mucha movilidad y eso era lo que nos daba rendimiento. Yo, cuando cerraron Oviedo, Gijón y Avilés, ya noté un bajón muy importante en las ventas”, concluye.

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