“No todo el mundo llega de buenas maneras. Se quejan del frío y las colas, pero no se dan cuenta de nuestra situación; de pie y en la calle”. Una de las sanitarias que trabaja en el autocovid del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) explica entre paciente y paciente las condiciones de trabajo que soporta junto a sus compañeros para realizar las pruebas PCR. No se quejan. Al revés, asumen la situación por su carácter excepcional, pero piden más comprensión a la ciudadanía al bajar la ventanilla del coche.
Los profesionales llevan botas de montaña porque es el único calzado que resiste la lluvia de los últimos días. Alguno de ellos lleva un anorak debajo del EPI (Equipo de Protección Individual) para sobrellevar las bajas temperaturas. Sin embargo, no siempre se puede hacer, las frágiles batas del equipo EPI se rompen con facilidad si se estiran y si se pone ropa encima de ellas se contaminan y hay que cambiarlas cada poco.
Los sanitarios tienen como base unas garitas similares a las de los peajes de las que entran y salen continuamente para pedir datos, apuntar, hacer pruebas, etiquetarlas y archivarlas. Así continuamente hasta el final de una jornada maratoniana en las que no es raro que haya colas de coches todo el día. Ante las dificultades del trabajo, Sanidad ha hecho un pedido extra de calzado especial que sustituya a los tradicionales zuecos blancos, y de abrigos.