La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Asturias no olvida a sus víctimas en los campos nazis

Un grupo de investigación tiene localizados a más de 190 asturianos deportados y prepara una exposición

Juan de la Fuente, con una reproducción en miniatura de la pieza que se colocará en Grado en homenaje a sus vecinos fallecidos en los campos de concentración. | LNE

Asturias no quiere olvidar a sus víctimas del nazismo, a los asturianos que murieron en campos de concentración tras ser deportados por su ideología. Un grupo de trabajo está documentando el mayor número posible de historias con nombre y apellidos, de rostros de jóvenes republicanos que fueron a luchar en la mayoría de los casos en la Resistencia francesa y acabaron asesinados en los “lager” del III Reich.

El investigador Antonio Muñoz-Sánchez, asturiano que vive a caballo entre Cataluña y Lisboa, calcula que podrán localizar a unos 200 asturianos deportados. Muñoz-Sánchez colabora con el Archivo Arolsen, una institución que desde Alemania lleva cuatro años trabajando para devolver a las familias los objetos que los nazis incautaron a sus muertos. El investigador asturiano colabora activamente con el archivo y así logró que se devolvieran fotografías y documentos a la familia del ovetense Emilio Rodríguez, preso en Dachau. El material fue depositado por su hija, María Isabel Rodríguez, en el Archivo Histórico de Asturias.

“A raíz de aquel acto en el Archivo mucha gente se interesó por la cuestión y creamos un grupo de trabajo”, explica Muñoz-Sánchez. Tenían documentada la presencia de 180 asturianos en campos de concentración. “Ahora ya superamos los 190”, asegura. El objetivo es localizar a las familias de esas personas y devolverles los efectos personales que quedaron en los campos. Hay relojes, collares, anillos, alianzas, documentos o alguna fotografía. Es lo que queda de ellos, su memoria está en esos objetos, lo poco material que tenían y que los nazis les arrebataron junto con su vida. En España se han devuelto pertenencias a los familiares de unos 40 deportados. Muñoz-Sánchez asesora al archivo alemán en la localización de esas familias. “Me pidieron ayuda para devolver un total de 80 objetos”, afirma.

Trinitario de la Fuente, en una fotografía cedida por la familia. | LNE

El grupo del que forma parte el investigador está formado por personas de toda Asturias, de Llanes a Castropol. Quieren que no se olvide, quieren hacer visible que muchos asturianos dieron su vida por la libertad. “Queremos escribir la historia de esas personas para que no se olvide”, subraya Muñoz-Sánchez. Para ello se han puesto en contacto de nuevo con el Archivo Histórico para ofrecer la posibilidad de organizar una exposición.

La muestra está comisariada por el Archivo Arolsen y ya ha viajado por varias ciudades europeas y españolas. Está compuesta por 25 paneles de dos colores, unos rojos y otros azules. Los azules corresponden a los fallecidos que ya han sido identificados. Los rojos son de personas sobre las que se sigue investigando.

A esa tarea de reivindicación se ha sumado el Ayuntamiento de Grado, que instalará una escultura para recordar a tres de sus vecinos que murieron en los campos nazis. Sus nombres son Trinitario de la Fuente Areces, Antonio García Arango y José Manuel Sánchez López. Los dos primeros fueron asesinados en la cámara de gas del castillo de Hartheim, el tercero murió en Gusen, un subcampo de Mauthausen.

La pieza ha sido diseñada por Juan de la Fuente, sobrino de Trinitario, y consiste en “tres bloques de granito de cantera, sin pulir, como los que cargaban por las 186 escaleras de Mauthausen”, explica De la Fuente. En cada una de esas piedras el artista moscón reproducirá en bronce el rostro de cada uno de sus tres vecinos fallecidos. “Quiero que se recuerden sus caras y sus vidas, por eso pondremos la fecha de nacimiento y la fecha y el lugar en que fueron asesinados”, asegura el escultor.

Investigación, una exposición y una escultura de homenaje. Con estas acciones Asturias recordará a sus víctimas del nazismo.

Trinitario, un crío de Grado que dio su vida por la libertad

Trinitario de la Fuente Areces se fue de Grado a los 17 años. “Era un crío”, asegura su sobrino, el artista moscón Juan de la Fuente. Aquel chaval se unió a la Resistencia francesa para luchar contra el nazismo. Esa lucha por la libertad le costó la vida. Acabó en el campo de concentración de Gusen, dependiente del infierno de Mauthausen. De un infierno a otro. De Gusen fue trasladado al castillo de Hartheim, en Austria, donde murió asfixiado en la cámara de gas. Tenía 26 años. En ese castillo fallecieron 500 españoles procedentes de Mauthausen y Dachau. “Mi tío murió como un perro”, dice Juan de la Fuente. En el castillo se hacían “experimentos” científicos terroríficos como “coserles a los prisioneros testículos de monos”, explica el escultor moscón. Juan de la Fuente lloró leyendo “Y ahora, volved a vuestras casas”, de Evelyn Mesquida. “Me llenó de rabia e impotencia esa frase en la que De Gaulle dice que vuelvan a casa los republicanos españoles”, asegura. Ahora él les rendirá tributo a su tío y sus dos vecinos que murieron por la libertad.

Compartir el artículo

stats