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“El brote es criminal; vamos a pagar todos por unos pocos”, dicen comerciantes y hosteleros de Grado

“Con lo que costó levantar la imagen del pueblo después de la tragedia que vivimos en la residencia de ancianos, ahora esto”, lamentan en la villa

Operarios municipales, esta mañana, realizando labores de limpieza y desinfección en la villa.

“El brote es criminal. Muy gordo. Pero mucho. Y a ver quién controla esto. Lo primero es la salud y que no haya ninguna desgracia, eso sobre todo, pero quienes lo hicieron bien, la mayoría de los que tienen negocios en el pueblo, también van a pagar las consecuencias. Vamos a pagar todos por unos pocos”. El testimonio, de un responsable de un establecimiento de Grado, da fe de la angustia y la preocupación con la que se vive la proliferación de casos de covid en la villa, donde hay confirmados 16 y la sospecha de que la cifra puede incrementarse de manera importante en las próximas horas. Habría, según fuentes solventes, unas 70 personas confinadas en el municipio a la espera de resultados o pruebas PCR.

La situación es “complicada”, tal y como ha reconocido el alcalde, José Luis Trabanco, que ha ordenado el cierre de parques, instalaciones deportivas y culturales y ha cancelado la celebrado de los mercados semanales. Ha pedido además apoyo a la Delegación de Gobierno, que esta mañana ha solicitado a su vez a la Guardia Civil que investigue el origen del brote. Este se vincula fundamentalmente a un establecimiento, aunque podría afectar a más. No se habrían producido vulneraciones de la normativa relacionadas con los horarios de apertura o cierre, sino que se trataría de otros incumplimientos relacionados, por ejemplo, con el uso de mascarillas por parte de los clientes.

Entre la hostelería, el enfado también es “enorme”. La mayoría, insisten desde el colectivo, cumplen. “Por lo que yo sé se siguen protocolos y normas a rajatabla, otra cosa es que pueda haber habido algún caso puntual de problema porque la clientela no se pusiese la mascarilla o no respetara las distancias”, precisa. Subraya que hay ejemplos de “responsabilidad absoluta". Ponen por caso el de un bar-restaurante de la villa, que no solo ha cerrado el establecimiento al dar positivo uno de los trabajadores, sino que lo ha comunicado a través de las redes sociales, tanto que clausura el local como claramente la situación que motiva la decisión adoptada. Incluso quien es la persona del establecimiento afectada.

“La gente está enfadada no, lo siguiente. Porque esto se desbordó. Y es una vergüenza, porque algunas cosas se estaban viniendo venir”, explica el responsable de otro comercio. “No van a ser solo jóvenes, van a ser las familias, que todos tienen familias y, en algunos casos, deberían tener más precaución hasta saber si pueden estar o no contagiadas”, advierte otro vecino que, como en todos los casos, prefieren permanecer en el anonimato ante la tensión con la que esta situación se está viviendo en Grado.

“Y, ¿ahora qué?  Lo primero es la salud y que esto no se desborde más. Pero con lo que costó levantar Grao, levantar la imagen del pueblo tras la tragedia que vivimos en la residencia cuando la primera ola… Nos acabarán cerrando otra vez y, con razón, y algún negocio no va a subir más la persiana”, señala el propietario de otro comercio. 

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