Hugo Fernández pidió a los Reyes Magos un “Power band superthings”, una especie de reloj con luces y efectos de sonido. Escribió y envió una carta que los extraños senderos del destino acabaron dejando en el despacho de la gerente del ente público Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA). La tierna historia la contó en sus redes sociales Ana María Suárez Guerra, a quien le arrancó una sonrisa el descubrimiento en su mesa de un sobre con el logo del ERA y el franqueo pagado, con remitente y sin destinatario, que tenía dentro la carta de Hugo a los Reyes.
Como los magos son muy mayores, pero no consta que residan en ninguna residencia del ERA, la gerente entendió que la misiva había llegado a su poder porque lo único que podía identificar un posible destino para la carta era el logotipo del ERA. “Entiendo que usó un sobre que encontró por casa y lo echó al buzón”, cuenta en Twitter Suárez Guerra. “Es lógico, estos días las cartas tienen un solo destino”, apunta la gerente, conmovida por el hallazgo. “Aunque me siento un poco como un anuncio de Coca-Cola”, cuenta, “tengo que reconocer que estas cosas me reconcilian con el mundo”. Al final, pese al error, lo que es seguro es que la magia de los Reyes hizo su trabajo y le llevó a Hugo su “Power band superthings”.
