David Zuazua Rico está atrapado en Madrid por la nevada que obligó a cerrar el aeropuerto de Barajas. Este enfermero ovetense tenía previsto coger el último vuelo con destino a Asturias a las ocho de la tarde del viernes, pero su avión no llegó a salir a pista. “Nos tuvieron dos horas y media en el avión, diciendo que había que esperar porque estaban rociando los aviones con líquido anticongelante. Al final, cancelaron todos los vuelos. Es lamentable que no saliera ningún vuelo excepto el del Real Madrid”, asegura.
Con lo puesto, sin ropa adecuada para encarar un temporal como el que está asolando Madrid, se vio sin vuelo y sin alojamiento, ya que desde la compañía aérea Iberia no les dieron ninguna opción. “Había una cola multitudinaria de gente en el mostrador de Iberia. Nos dieron un papel diciendo que debido al mal tiempo cancelaban el vuelo y luego nos dijeron que nos buscásemos la vida, que no podían gestionarnos el alojamiento, y que la única opción sería reclamar después”, concreta.
El ovetense reservó alojamiento en un hotel de Chamartín, cercano a la boca del metro, para evitar tener que transitar por Madrid con la nevada que estaba cayendo. “Había unos 15 o 20 centímetros de nieve a esas horas, sobre las 12 de la noche, y yo iba sin ropa adecuada”, recuerda. También contactó con sus compañeros de la UCI del Huca donde trabaja, ya que tenía que entrar a trabajar en el turno de noche y no iba a llegar. “Me fastidió por mis compañeros, que tuvieron que sacar el turno adelante con un enfermero menos y los dejé un poco colgados”, lamenta.
Zuazua Rico tenía otro vuelo previsto para hoy, a las ocho de la tarde, que también cancelaron. Entre medias, se propuso coger el tren con destino a Asturias, pero las comunicaciones ferroviarias también se cancelaron por el temporal. “Para mañana tampoco hay vuelos programados. En teoría, vuelvo el lunes en el primer vuelo a Asturias que hay por la mañana”, espera. Y eso si Filomena afloja en la capital de España.
