El Gobierno central ha pedido ayuda para restablecer la normalidad en Madrid y el Ministerio de Fomento ha trasladado 270 toneladas de sal desde los acopios asturianos de Pajares y Granda para garantizar la seguridad en las carreteras. Mientras tanto, las localidades de Ponga o Cabrales no pueden comunicarse entre sí porque, si bien los accesos a los principales núcleos están abiertos, no sucede lo mismo con los barrios.

“Yo no digo que esté pasando una pala constantemente, pero mantener unos mínimos de seguridad me parece lo adecuado. Después de la nieve, queda el hielo y necesitamos sal”, reclama la alcaldesa de Ponga. “De nada vale abrir las carreteras si no se echa sal. Necesitamos poder andar por los pueblos, que abran los barrios y caminar con seguridad, porque la gente tiene que trabajar”, evidencia. “No necesitamos ni que nos la vengan a echar si no se puede, pero que nos la traigan, los vecinos se han ofrecido a echarla con sus maquinarias, es tan sencillo como que no se la lleven de aquí sin solucionar nuestros problemas”.

En la localidad cabraliega de Camarmeña tuvieron que protestar para ser atendidos. “No es normal, es evidente que las placas de hielo aquí se forman cada día, cada noche, desde siempre. No deberíamos tener que pedirlo”, lamentaban los vecinos. “Madrid es importante, no digo que no, pero nosotros vivimos la nieve cada año y también nuestra vida es importante, al menos para nosotros”, explican. Sin salir de Cabrales, los problemas continúan a mayor altura. Durante estos días la carretera que une Tielve con Sotres se ha abierto, pero los vecinos siguen pidiendo precaución. “Al riesgo de aludes se suma la falta de sal, hay placas de hielo y es muy peligroso circular”.

Pero la sal ha hecho falta en poblaciones más bajas. En el alto de Ortiguero, en el concejo de Onís, la circulación se ha visto entorpecida por las placas de hielo que se forman en la carretera. “Podemos entender que en los pueblos de alta montaña se registren este tipo de problemas, pero no tener al día esta carretera –que une la costa con el interior desde Llanes– es tercermundista. Hay decenas de trabajadores que tienen que hacer esta ruta a diario, y la inseguridad es importante porque parece que no importamos tanto como los de la capital. Aquí también hay que trabajar y volver a restablecer el orden normal”, se quejan.

Por su parte, el alcalde de Peñamellera Alta hacía público en las redes sociales su malestar con la noticia de que se llevara sal de los acopios de Asturias a Madrid. “En Asturias vamos sobraos”, señaló. “Mi abuela fue madre nodriza, en aquellos tiempos había una gran necesidad y las madres pobres amamantaban a los hijos de las ricas, hoy he visto el mundo al revés, el Principado de Asturias deja a sus hijos sin comida y se lo regala a los ricos”, ejemplificó, aludiendo a que el Ministerio de Fomento había llevado sal almacenada en Asturias para la Comunidad de Madrid. “Llevamos varios días con las carreteras para matarse, todos pensando que no había sal, pero hoy –por el domingo– viendo las noticias nos sorprende que va rumbo a la capital. Está bien ayudar, pero atender primero lo nuestro”, sentenció.