La temperatura media recomendada para una nevera es de cuatro grados. Las aulas del IES David Vázquez de Pola de Laviana alcanzaron la pasada semana los cinco. Dedos entumecidos que apenas permiten coger el bolígrafo y estudiantes protegidos bajo gorros, bufandas y mantas para seguir las clase se han convertido en la estampa que está dejando el protocolo de ventilación de los centros escolares para prevenir los contagios por coronavirus. Una situación que se viene produciendo desde que llegó el frío, pero que se ha intensificado en los últimos días como consecuencia de la ola de frío.
En el IES David Vázquez –el mismo en el que estudió el presidente del Principado, Adrián Barbón– se organizó ayer una concentración de protesta. “Los profesores, siempre que tienen que hablar de alguien importante que salió de este instituto, se acuerdan de Adrián. Yo creo que Adrián, de nosotros, no se acuerda tanto”, esgrimió Elia Zapico, una de las portavoces de los alumnos, junto a Ana Corte. Ambas tienen 15 años y cursan cuarto curso de ESO.
Los estudiantes piden la contratación de un mayor número de profesores para bajar las ratios de número de alumnos por clase, así como instalar los equipos que sean necesarios para tener climatizadas y al mismo tiempo ventiladas las aulas. La concentración de ayer (estuvieron durante una hora en el patio del centro) se repetirá hoy. El miércoles hay programada una asamblea telemática para tratar de propagar la protesta –bajo el lema “Ni covid ni frío”– al resto de la región. “Lo que está pasando es insostenible. Queremos que esto se extienda a toda Asturias porque las condiciones de frío en el aula son igual aquí que en Peñamellera Alta. Un instituto solo no hace nada, pero muchos juntos sí”, resalta Elia Zapico, hija del diputado autonómico y coordinador de IU de Asturias, Ovidio Zapico.
“La semana pasada había cinco grados en el aula”, relata la estudiante Elia Zapico
“Estamos pensando hacer un día entero de huelga y promover movilizaciones en la calle”, añade Ana Corte. “Hay que buscar soluciones porque así no se puede aprender, ni estudiar, ni hacer nada de nada. Yo tengo un catarro tremendo. Llego a casa y da igual las mantas que ponga. O la calefacción o el radiador, porque no consigo entrar en calor”, expone.
Los alumnos argumentan que la semana pasada hubo temperaturas de “cinco grados en las aulas cuando debían ser diecisiete. Ni los profesores pueden dar clase a gusto ni nosotros recibirla. Con los dedos entumecidos no podemos escribir y hay veces que incluso entra el agua de la lluvia por la ventana. Hay que tener abiertas dos ventanas más la puerta: una corriente que te mueres”.
“Lo que pedimos –prosigue Antuña– “es que se invierta en la educación pública para que nos compren purificadores de aire y para que se arregle la calefacción, que estuvimos una semana sin ella en diciembre. “Que se nos atienda, en definitiva, y que inviertan en nosotros. El plan que hicieron no sirve para nada. Los profesores no han querido hablar hoy, pero están igual que nosotros”.
Los estudiantes del IES David Vázquez, según relataron sus compañeras, están con “dos pares de calcetines, con bufanda, gorro, guantes y mantas en clase”. El incremento de la plantilla docente es otra de las reivindicaciones. “Los alumnos de primero de bachillerato solo vienen días alternos. Si se contratan más profesores se bajaría la ratio y podrían venir todos los días. Y si se baja la ratio se frenarían los contagios y todo el mundo tendría una educación presencial segura. Con menos concentración de gente en las aulas todo sería más seguro”, concluyó Elia Zapico.
