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Gozón, octavo concejo en cerrar mientras la curva se modera y crecen los ingresos

Mieres queda fuera de las restricciones pese a haber rebasado los umbrales | Repunta la mortalidad y desciende la tasa de positivos

Extracción para una PCR en el autocovid de Langreo.

Gozón se convertirá, este viernes, en el octavo concejo asturiano cerrado perimetralmente en cumplimiento del nuevo plan de ataque del Principado contra la tercera ola del coronavirus. Los parámetros de impacto de la pandemia en el municipio saltaron ayer los umbrales de riesgo establecidos por la Administración regional y, transcurridas las 48 horas que se conceden a los territorios que accedan al nivel de alerta para organizarse, se restringirán las salidas y entradas. Asimismo, se cerrará el interior de los locales de hostelería y se aplicarán el resto de las limitaciones de movimiento e interacción social previstas en la normativa que el Gobierno regional puso en marcha ayer, con su clausura de centros comerciales, su reducción de aforo en el comercio o su acotación de las reuniones y las actividades permitidas...

Gozón seguirá así el camino que abrieron Avilés, Castrillón y Corvera, cerrados ya hasta el día 1 y añadidos a Grado –confinado ya por la gravedad de los brotes detectados allí la semana pasada, y que en lo que va de año suma la barbaridad de 246 infectados – y por el que emprenderán esta próxima medianoche, y hasta el 3 de febrero, Oviedo, Llanes y Cangas del Narcea. Es éste el resumen del primer resultado de la aplicación de un mecanismo que “aunque es sencillo, tiene alguna complejidad”, según el retrato que le hizo ayer el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño. El Principado no incluye, por el momento, a ningún municipio más en riesgo próximo de incumplir los parámetros de incidencia que llevan al cierre, pero Mieres estuvo cuanto menos muy cerca.

De hecho, según las tablas confeccionadas por la Administración sanitaria y actualizadas ayer, el municipio mierense cumplió todas las condiciones previstas en los tres días consecutivos que van del 15 al 17 de enero: tenía en los tres días una tasa superior a los 195 casos de mayores de 65 años por 100.000 habitantes en catorce días y estuvo permanentemente en el máximo nivel de alerta, el 4, según el semáforo establecido por el Ministerio de Sanidad para el bloque de “transmisión” (que combina las incidencias a siete y catorce días, el nivel de positividad de las pruebas y la capacidad de rastreo de los contagios).

Son valores que superan los establecidos por el Principado para entrar en el nivel “4 plus”, el que acarrea en teoría cierre perimetral. Mieres, sin embargo, no figura entre los municipios confinados ni en riesgo de estarlo próximamente porque ese es sólo el resultado tal y como fue actualizado ayer. Debido a la demora de las asignaciones de cada nuevo infectado al territorio al que pertenece, el dato del pasado lunes era distinto, inferior, y estaba por debajo de los parámetros porque la imputación geográfica por concejos de cada caso detectado tarda en ocasiones unos días en materializarse definitivamente. Es ahí, en el dato actualizado el lunes, donde se hizo el corte, el momento en el que se tomó la “foto fija” que determina la decisión sobre los cierres.

Ayer, preguntadas por esta aparente disfunción, fuentes de la Consejería de Salud indicaron que una circunstancia de esta naturaleza “no debería producirse a menudo” y que, en todo caso, no pone en tela de juicio la validez del nuevo mecanismo de toma de decisiones.

En todo caso, Mieres no está en situación de confinamiento, y cuenta también que la tendencia de su incidencia en los últimos días se incline levemente a la baja. El caso es que no figura en el mapa del riesgo, y sí en una situación exenta similar a la de Gijón, Siero y Langreo, aunque éstos aún no han pasado en el nivel de alerta 4 de transmisión ninguno de los tres días seguidos que se les piden. Esto quiere decir que todo este bloque de grandes concejos está ahora mismo como mínimo a tres jornadas de su ingreso en la zona que los abocaría a sufrir las nuevas restricciones municipales decretadas por el Principado.

Alta cifra de muertos

El resumen de impacto de la pandemia registró además en los datos notificados ayer un repunte de la mortalidad. Los ocho fallecidos correspondientes al pasado lunes –dos mujeres de 82 y 87 años y seis hombres de entre 70 y 93– determinan un retorno a cifras desconocidas desde antes de Navidad y obligan a retroceder hasta el 22 de diciembre para encontrar una cifra igual.

La Consejería de Salud notificó ayer 270 nuevos casos de coronavirus diagnosticados el lunes. Ese día, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) realizó 4.788 pruebas de diagnóstico (PCR y antígenos) y la tasa de positividad se situó en el 6,89 por ciento, por debajo de las computadas en jornadas precedentes. Anteayer se contabilizaron en Asturias 57 ingresos en planta y 2 en unidades de cuidados intensivos (UCI), y se registraron 24 altas. Esta cifra de ingresos es la más elevada en muchos días. Actualmente, en Asturias hay 305 pacientes hospitalizados en planta con confirmación o sospecha de covid-19 y otros 61 permanecen en UCI.

La salida de las restricciones en cada concejo, aún en estudio

El mecanismo que tutela las restricciones individualizadas por municipios para doblegar la curva de la tercera oleada del coronavirus empezó a tomar forma en el Principado el pasado jueves por la mañana. La estrategia que cierra concejos e interior de bares, que restringe la movilidad y la interacción social en los territorios más contaminados por la transmisión descontrolada del virus, echó a andar ayer en Avilés, Castrillón y Corvera después de unas cuantas “jornadas de vértigo” en la Consejería de Salud. El director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, argumenta su opción por la acción localizada por concejos –distinta del cierre general de la hostelería que se abrazó en la segunda oleada– por las peculiaridades de esta curva invernal posnavideña. A diferencia de la propagación pandémica muy generalizada del otoño, en la presente ola se constata una incidencia más concentrada en algunos municipios, sobre todo del centro de la región.

“Contemplar la desigualdad”. Por eso el Principado ha optado por un plan de ataque que trata de “contemplar la desigualdad de la pandemia en distintas zonas”, fundamentado, indica María José Gómez, técnica de Salud, en criterios demográficos e indicadores epidemiológicos y distinto para los concejos en función de su población y el impacto de la pandemia en cada territorio y para evitar una incidencia económica en concejos menos afectados. El estado continuado en cada incidencia acumulada de casos en 14 días, para toda la población y para los mayores de 65 años, y el de la trazabilidad –capacidad para determinar el origen de los contagios–, son los indicadores clave para decidir cuándo y dónde se cierran los concejos y los interiores de los bares y se restringen actividades y reuniones en concejos concretos.

Las 48 horas. A los concejos que cumplan los parámetros para acceder al nuevo máximo nivel de riesgo, que el Principado denomina “4Plus (+)”, se les concederán 48 horas para organizarse antes de hacer efectivas las medidas del cierre perimetral, la clausura del servicio en el interior de los bares y la restricción de la movilidad y la interacción social. ¿Y si en ese tiempo bajan sus parámetros de incidencia por debajo de los umbrales marcados? “Si están en ‘4Plus’, están en ‘4Plus’”, contestan desde el Principado. De hecho, dado el diseño de la estrategia, contando incidencias a catorce días, si hay una mejoría evidente en esos dos días, “es que el modelo está fallando”.

¿Cómo se sale? En el “4Plus”, por lo demás, se sabe cómo se entra, pero está por decidir exactamente cómo se sale. Los concejos afectados por los cierres estarán en esa situación durante 14 días. Pero Salud todavía “está trabajando” en la definición estricta del “cambio de escenario”, o de los criterios que han de regir la desescalada, avanzó ayer Rafael Cofiño. No se descarta relajar la presión si la bajada fuera muy pronunciada.

¿Por qué los bares? En las medidas asociadas a los cierres de los concejos “4+” se ha priorizado la acción sobre “los espacios de riesgo alto”. Están los bares porque está “monitorizado” que “cuando empieza un brote, suele partir de la hostelería”, constata María José Gómez. La restricción en los bares, matiza Cofiño, “funciona en la medida que se toma de manera complementaria con otras de control interno”, sobre todo con las que afectan a la movilidad, pero “los espacios interiores con contactos estrechos prolongados, estancias largas y momentos en los que se prescinde de la mascarilla” son lugares de alto riesgo según “el consenso general de la epidemiología”.

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