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Habla la edil de Castrillón suspendida por el PSOE tras vacunarse: "No creo haber incumplido nada"

Salud investiga la inmunización de Carmen Piedralba, sanitaria dedicada a tareas sindicales y concejala socialista | Algunos sindicatos advierten de la confusión generada por el protocolo de vacunación: CSI habla de "arbitrariedad"

Carmen Piedralba, concejala de Castrillón expedientada por el PSOE

La Federación Socialista Asturiana (FSA) ha abierto una investigación, suspendiendo cautelarmente de militancia y responsabilidades políticas a Carmen Piedralba, concejala socialista de Castrillón, tras tener conocimiento de que recibió una dosis de la cotizada inmunización contra el covid. Piedralba es trabajadora sanitaria en el Hospital de San Agustín, pero ejerce funciones sindicales al estar liberada por la UGT.

El PSOE asturiano ha decidido actuar contundentemente ante la polémica suscitada por este caso y, mientras “se esclarece lo sucedido”, deja en suspenso la militancia de Piedralba, que también cesará temporalmente al frente de la concejalía de Derechos y Servicios Sociales del ayuntamiento castrillonense. El asunto trascendió porque fue la propia concejala la que difundió en grupos de Whatsapp la foto recibiendo la vacuna, un gesto que, según explicó antes de anunciarse la apertura de una investigación, pretendía “contribuir al optimismo en la lucha contra la epidemia”, además de concienciar de la necesidad de inmunizarse.

La versión de la edil sostiene que fue llamada a vacunarse “como otros trabajadores sanitarios del hospital avilesino”. Y, como tal, acudió a la cita. “No creo haber incumplido protocolo alguno”, declaró a este diario. Piedralba es auxiliar de enfermería con destino en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital San Agustín, aunque su dedicación está centrada ahora en tareas sindicales. Salud comunicó hace semanas a los trabajadores sanitarios que, como Piedralba, están apartados del servicio activo por diferentes motivos que podrían ser movilizados en función de la evolución de la pandemia y les ha incluido, según confirmaron ayer fuentes de la Consejería, en el listado de personal a vacunar cuando su puesto de trabajo de destino tiene exposición directa al covid. En cualquier caso, el Gobierno ha pedido un informe al Sespa sobre el caso de Piedralba, suspendida de su militancia en el PSOE.

El presidente Adrián Barbón, a su vez secretario general de la FSA, fue contundente a la hora de asegurar que se depurarían responsabilidades si se detectasen casos de autoridades que se salten su turno para recibir el pinchazo. “Los cesaríamos fulminantemente”, afirmó, garantizando que nadie de su estructura de gobierno se ha vacunado.

La sospecha de que la gestión de las vacunas haya incurrido en más casos como el de la concejala de Castrillón ha llevado ya a los sindicatos a reclamar una memoria de toda la campaña realizada hasta ahora. La pelea, de momento, la lidera Corriente Sindical de Izquierda (CSI), que ha solicitado por registro acceder a “un listado del personal vacunado por servicio, lugar de trabajo y categoría”, sin que se aclare –por cuestiones de legalidad– los nombres ni apellidos de los inmunizados, pero sí su cargo, “incluyendo al personal directivo, si lo hubiera”.

Otras fuentes sindicales reconocen que el protocolo de vacunación contra el coronavirus en Asturias “no parece que haya fallado de forma estrepitosa”, pero sí apuntan a “errores subsanables que han variado mucho según el área sanitaria” y que se ven alimentados por un aluvión de rumores. CSI, de nuevo, es quien más claro ve estas sospechas y hace días envió una carta al consejero de Salud, Pablo Fernández, para informarle de que se están “incumpliendo los criterios de vacunación por consideraciones totalmente arbitrarias y con un componente de clasismo que nos vemos obligados a denunciar”.

El protocolo de vacunación fijó como prioritarios al personal y ancianos en residencias geriátricas, que ya han recibido la primera dosis. El “lío” empezó después, cuando les llegó el turno a los sanitarios. El mismo protocolo los separa en grupo 2 y grupo 3, dejando en el primer apartado a los empleados “de primera línea”, los que están en contacto directo con pacientes y más expuestos al covid-19. Un jefe de servicio que atiende a pacientes, por tanto, sí sería del grupo 2. Un empleado de administración, no. Pero, por el medio, hay una serie de mandos intermedios de supervisores y coordinadores cuyo nivel de exposición es más dudoso. Según estas fuentes, “el error” pudo haber sido “pecar de optimismo” y “vacunar a sanitarios del grupo 3 sin terminar con los del 2 y sin pensar que algún retraso en las nuevas entregas fuese a poner en riesgo a compañeros en primera línea”.

Salud, por su parte, afirma que “Asturias está vacunando de manera rápida y precisa” y “teniendo en cuenta el grado de exposición” de cada sanitario. También justifica la inmunización de liberados sindicales (aunque sin referirse directamente a Piedralba) explicando que “se ha vacunado a profesionales de primera línea independientemente de dónde estén por si llegado el caso se necesita que cubran algún servicio”.

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