La búsqueda de Virgilio García, el operario de Carreteras del Principado sepultado el día de Año Nuevo por una avalancha mientras despejaba de nieve la carretera de San Isidro, prosiguió ayer sin éxito, aunque se mantiene el amplio despliegue de anteayer jueves, con medio centenar de efectivos de Bomberos del SEPA, la Unidad Canina, el Greim, guías caninos de la Guardia Civil con perros especializados en la detección de cadáveres y personal de la empresa GAM.

Los equipos de rescate tratan de derretir una capa de nieve con un espesor de entre seis y ocho, utilizando para ello un nebulizador, que provoca una fina lluvia sobre el manto, así como desviando agua de un arroyo hacia la zona de la avalancha con cubos de desescombro.

Una vez reblandecida la nieve se retira con palas y se hace pasar a los perros especializados, por si de las zonas liberadas de nieve se desprenden olores que puedan permitir el hallazgo del operario arrastrado con la fresadora que conducía, cuya cabina fue encontrada este jueves. Ayer, los perros estuvieron recorriendo el área durante toda la jornada, entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde, aunque respetando turnos para evitar que se sobrecargasen.

Según integrantes del dispositivo, durante la jornada de ayer se despejó de nieve un amplia zona, aunque no se ha dado con el operario desaparecido. Y es que son cientos las toneladas de nieve que se precipitaron sobre la carretera desde las laderas del Pico Torres.

Hoy sábado se cumplen treinta días desde el inicio de la operación de rescate y el operativo se complica por el riesgo de aludes, que pasa de limitado a notable. Además, el viento de componente Oeste soplará fuerte o muy fuerte, lo que, junto a las precipitaciones previstas, podría provocar purgas de nieve reciente que al avanzar el día serán posibles incluso en cotas medias. El domingo se prevé un ascenso de las temperaturas y el viento seguirá soplando fuerte de componente Oeste. El problema de la nieve reciente dará paso a problemas de nieve húmeda.

Un dispositivo para detectar móviles permite sacar vivo a un sepultado por una avalancha en Francia

Los gendarmes de Alta Montaña de Saboya, en Francia, rescataron este jueves por la tarde a un hombre que quedó sepultado por una avalancha mientras hacía una raquetada con su mujer y sus hijos. Éstos pudieron escapar y avisar a los servicios de emergencia. Los gendarmes utilizaron el sistema de detección de teléfonos móviles Wolfhound, lo que permitió sacar vivo al sepultado en un tiempo récord de dos horas y cuarenta minutos. “Es un milagro”, aseguró a un medio local el gendarme Alexandre Grether. En el lugar de la avalancha se reunieron unos treinta rescatadores, entre gendarmes, bomberos y guías de montaña. La víctima no llevaba el localizador Arva –que llevan, por ejemplo, los Bomberos del SEPA–, pero los gendarmes utilizaron el sistema Wolfhound. “Es de las primeras veces que se emplea en una avalancha, por lo general se usa para localizar personas perdidas en el bosque”, dijo Grether. El dispositivo exige que se apaguen todos los móviles y peinar el área meticulosamente. En menos de tres horas pudieron situar al sepultado, un alsaciano. Con la primera sonda lograron dar con él y desenterrarlo con vida, bajo una capa de dos metros y medio de nieve. Al ver venir la avalancha, se puso tras un árbol, lo que evitó que la nieve le aplastase y le permitió mantener una bolsa de aire.