La polémica entra en escena en la carrera electoral al Rectorado de la Universidad de Oviedo. El candidato Ignacio Villaverde reconoció ayer que se “inspiró” para una parte de su programa en propuestas que formaron parte de planes de anteriores candidatos a rector en, al menos, tres universidades del país, o de publicaciones de otros autores. Su rival, el rector Santiago García Granda, prefiere analizar el asunto en profundidad con su equipo antes de realizar una valoración.

“Hoy es un día triste, porque se está juzgando un programa de 44.753 palabras y más de 500 propuestas por tan solo 757 palabras. Y con él, se está juzgando el trabajo colectivo de mucha gente”, declaró ayer Villaverde, quien explicó la estrategia seguida para elaborar su programa: “Hemos hablado con los mejores y nos hemos inspirado en las mejores universidades. Quiero pensar que eso sigue siendo lo importante, todo lo que tenemos que aportar”.

Ignacio Villaverde precisó que esas 757 palabras, que aparecen casi literalmente de otros planes anteriores o de autores no citados expresamente, “se colaron en la versión final del programa que mandamos a imprenta” y añadió que en ellas “se encuentra, por ejemplo, el trabajo de Faraón Llorens, que ha colaborado con nosotros en la elaboración del programa”.

El otro contendiente en la elección y actual rector, Santiago García Granda, pospuso su valoración hasta analizar en profundidad la cuestión con sus colaboradores: “No queremos opinar hasta que no hayamos analizado el tema profundamente. He pedido a mi equipo de campaña que analice minuciosamente este tema y cuando finalicemos el análisis podremos dar una opinión bien formada”, declaró a este periódico al ser preguntado sobre las similitudes del programa de Villaverde con otros textos.

En círculos académicos se recordaba ayer la dura crítica que realizó Villaverde en diciembre de 2016 al rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Suárez Bilbao, por plagiar textos de otros autores, sin citarlos, en sus artículos. “Por muy rector que sea, es un comportamiento inaceptable para la comunidad científica. Se echa en falta una reacción más enérgica”, dijo entonces Villaverde sobre la tibia contestación que dio la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas a aquellas conducta.