El uso del móvil antes de dormir y la luz artificial durante el sueño pueden contribuir a un parto prematuro. Así lo revelan científicos de la Universidad de Oviedo, que han realizado, mediante inteligencia artificial, un estudio en 380 embarazadas atendidas en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El trabajo, publicado en la revista “Journal of Ambient Intelligence and Humanized Computing”, demuestra que la alteración de los ritmos biológicos provocada por el uso de dispositivos electrónico durante la noche o tener la televisión encendida tiene más peso para desencadenar un parto prematuro –antes de las 37 semanas de gestación– que algunos de los ya clásicos como el índice de masa corporal.

Lo positivo de este modelo, dice una de las autoras de la investigación, la profesora del área de Fisiología de la Universidad, Elena Díaz, es que “son factores claramente evitables y, por tanto, puede ser muy útil en la clínica obstétrica”.