La crisis del coronavirus dejó patente la importancia del sector agroalimentario en todo el mundo. “En España no hubo desabastecimiento gracias a un gran esfuerzo de toda la cadena agroalimentaria”, destaca Víctor Yuste, director general del Foro Interalimentario, una asociación empresarial de la industria y la distribución alimentaria que tiene como objetivo promover la mejora de la información y formación alimentaria de los consumidores, y el impulso de una cadena agroalimentaria sostenible para todos sus eslabones.

–¿Cómo ha afectado la crisis del coronavirus al sector de la agroalimentación?

–En un primer momento se vio amenazado como todos los sectores, ya que los acontecimientos se desarrollaron muy rápidamente. Sin embargo, tuvo una gran capacidad de respuesta al servicio de la sociedad y cumplió con lo que se esperaba de él: satisfacer las demandas de alimentos de los consumidores y hacer frente a este reto con gran profesionalidad y eficiencia.

–¿Cuál ha sido el secreto?

–Ha exigido muchos esfuerzos por parte de la cadena agroalimentaria en su totalidad. Fundamentalmente, el secreto ha sido la gran profesionalidad que tiene en España todo el sector, la rápida adaptabilidad a las circunstancias en un entorno de casi total incertidumbre y el compromiso y buen hacer de todos los eslabones de la cadena: desde el productor hasta los trabajadores de la industria y de los supermercados.

–Al comienzo de la crisis sanitaria hubo quien temió por la falta de abastecimiento en los supermercados. ¿Fue un miedo real?

–Se ha demostrado con hechos que es un sector plenamente consciente de su responsabilidad para garantizar el abastecimiento alimentario a la sociedad. Además, se hace con unos altísimos niveles y estándares de calidad y seguridad alimentaria. No solo se consiguió que no hubiese desabastecimiento, sino que también se logró que no hubiese percepción de ello por parte de la sociedad.

–Han funcionado mejor que en otros países de Europa.

–Según datos de AECOC (Asociación de Fabricantes y Distribuidores de Gran Consumo), la distribución española ha registrado los mejores datos europeos en cuanto a disponibilidad de producto en las tiendas durante la pandemia. El 92,8% de los consumidores que acudieron a los supermercados durante el mes de marzo encontraron los productos que buscaban.

–¿La imagen del sector agroalimentario español se ha beneficiado de estos esfuerzos más allá de nuestras fronteras?

–Desde luego y con toda rotundidad. La competitividad de la industria de alimentación y bebidas como agente económico dentro y fuera de España se ha consolidado. Este país es un ejemplo para el mundo por su exquisita relación con los alimentos y la manera de producirlos y consumirlos. El equilibrio de su dieta y la variedad, calidad y seguridad de sus productos son la mejor tarjeta de presentación en el exterior. Prueba de ello es que las exportaciones de productos agroalimentarios españoles continúan con un importante crecimiento exponencial, incluso en la situación actual, con una balanza.

–Superadas todas estas adversidades, ¿qué retos se plantean a corto plazo en el sector?

–Era previsible que tras la crisis sanitaria sobreviniera una crisis económica de gran envergadura, por lo que son imprescindibles la aprobación de medidas estructurales de impulso a la economía productiva que implementen acciones en favor de la digitalización, y la apuesta por las nuevas tecnologías en las empresas. Esto puede y debe permitir crear la base de la empresa del futuro, más resiliente, más eficiente, más tecnológica y más sostenible. Esperemos que los fondos europeos Next Generation apuntalen este trascendental e imprescindible cambio.