El jefe de Alertas Covid de Asturias advierte: “Tenemos que seguir bajando la curva dos semanas más”

“Esta tercera ola afecta a población más joven, en el entorno de los 60 años, y eso implica más ingresos en las UCI”, señala el médico ovetense

Miguel Ángel Prieto García, en la Consejería de Salud.

Miguel Ángel Prieto García, en la Consejería de Salud. / Luisma Murias

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

–No podemos permitirnos que el descenso de la curva se termine donde estamos ahora. Tenemos que seguir bajando por lo menos dos semanas más para que la situación del sistema sanitario, sobre todo la ocupación de camas UCI, nos ofrezca un colchón que permita asumir la cuarta ola con garantías de dar una buena respuesta.

Así explica la situación epidémica de Asturias Miguel Ángel Prieto García (Oviedo, 1968), flamante jefe del servicio de Alertas y Emergencias Sanitarias Covid-19. La pandemia de coronavirus ha obligado a reestructurar y ampliar las plantillas de algunos departamentos de la Consejería de Salud. La Dirección General de Salud Pública ha creado esta unidad para reforzar la coordinación de los equipos y del flujo de información, optimizar los vínculos con el Servicio de Salud (Sespa) y los ayuntamientos, y mejorar la respuesta a las dudas de los ciudadanos, entre otros objetivos.

El doctor Prieto es licenciado en Medicina por la Universidad de Oviedo y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Desde 2017 es el jefe de sección de programas de prevención, tarea que ha compatibilizado, desde octubre de 2020, con la coordinación y apoyo de los procesos de vigilancia epidemiológica motivada por la crisis sanitaria. Lleva trece años trabajando en salud pública. En las líneas que siguen, explica algunas pinceladas de su nuevo cometido y analiza el panorama del covid en Asturias.

Reforzar el sistema de emergencias.

“Hay que hacer una monitorización continua de la situación epidemiológica y ser ágiles en las respuestas. Hablo de acúmulos de casos, de brotes, de circunstancias que requieren adoptar medidas que van en función del ámbito en el que surgen: centros educativos, residencias de mayores... Esta pandemia seguramente no va a ser la última que tengamos, sino que habrá otras de este mismo tipo o similares. Y es necesario disponer de una estructura que dé una respuesta rápida”.

Prieto, jefe de alertas de Covid.

Miguel Ángel Prieto García / Luisma Murias

Singularidades de la tercera ola.

“Los aspectos novedosos son la llegada de la vacuna y la mutación británica. Está demostrado que esta variante tiene una mayor transmisibilidad, y eso genera situaciones que no habíamos visto, unas tasas de contagio mucho mayores. La capacidad que tiene un caso de producir otros positivos entre sus contactos es mucho mayor de lo que veíamos previamente, y en un espacio de tiempo mucho menor”.

La cepa británica.

“Se ceba con la población más joven. En esta tercera onda, el virus ya no se centra en los mayores de 80 años. La franja de cero a catorce años fue durante semanas la más afectada. Ahora, el virus está afectando a grupos de población más jóvenes, alrededor de los 60 años, y eso implica también más ingresos en las UCI”.

La caída del número de muertos.

“La mortalidad en residencias ha disminuido en esta ola un 52 por ciento con respecto a la anterior. Es un descenso muy importante. Resulta evidente que la vacunación está teniendo un efecto muy importante. Se siguen viendo infectados en residencias, pero esos contagios implican una gravedad mucho menor que antes y unas tasas de mortalidad muy inferiores”.

Las claves del éxito frente al coronavirus.

“Es evidente que hay un cansancio psicológico en toda la sociedad. Pero tenemos que seguir insistiendo en que lo más importante son las medidas de prevención individual: lavado de manos, uso de la mascarilla, reducir en lo posible las interacciones sociales, evitar espacios cerrados... Son las claves de las que sigue dependiendo la evolución de la epidemia, que es eminentemente social”.

Control de casos y de contactos.

“En Asturias tenemos un equipo de rastreo muy eficaz. Es muy importante que una persona que tenga sospecha, por su sintomatología o porque piense que pudo haber estado en contacto con el virus, se cuarentene de forma voluntaria y actúe como si fuera positiva mientras no se demuestre lo contrario. Es un error seguir con tu vida normal. Eso perjudica el control de la epidemia. Ese cambio cualitativo sería fundamental”.

Miguel Ángel Prieto García.

Miguel Ángel Prieto García. / Luisma Murias

Mecanismos de rastreo.

“Se está haciendo un gran esfuerzo desde la pasada primavera, pero en esta tercera ola aun mayor. Cuando se analiza con perspectiva se percibe mejor. Un dato: prácticamente la mitad de los casos que se están diagnosticando actualmente ya estaban cuarentenados previamente porque habían sido identificados como contactos. Con lo cual se había minimizado la posibilidad de contagio. Eso incide de manera evidente en el desarrollo de la pandemia”.

Los progresos del retrorrastreo.

“El rastreo se hace por procedimiento investigando las 48 horas anteriores al inicio de los síntomas. Ya hace un tiempo que hemos ampliado ese plazo a cinco y a siete días. Se llama retrorrastreo. Y lo que hemos visto es que de esos contactos estrechos identificados entre el tercer y el séptimo día antes de que aparezca la enfermedad, hasta un 30 por ciento termina dando positivo. Eso es mucho. Implica que duplicamos los positivos que detectamos. O sea, detectamos tantos en los dos primeros días como del tercer al séptimo día”.

¿Dominada la tercera ola?

“Es evidente que estamos descendiendo, pero aún lejos del nivel de descenso que nos permitiría afrontar una hipotética cuarta ola en buenas condiciones. La perspectiva es buena, pero hay que ser prudentes y mantener las medidas. Hay que tener en cuenta que con tasas como la que tenemos ahora en muchos países europeos estaría todo cerrado, salvo lo imprescindible y esencial”.

¿Habrá cuarta ola?

“Es difícil de aventurar. En esta epidemia los cambios son constantes. Creemos que va a haberla porque no hay ningún dato que indique lo contrario. La vacunación va muy bien, pero lleva su tiempo. Y para disminuir la transmisión de una manera clara hemos de llegar a un 70 por ciento de vacunación. No puedo decir cuándo llegaremos, pero sí que el ritmo es muy bueno”.

Suscríbete para seguir leyendo