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Biólogo, director científico del censo nacional del lobo

Mario Sáenz de Buruaga: “La protección del lobo en toda España supone imponer una visión urbana al medio rural”

“Actualmente no hay peligro para la conservación del depredador en los territorios donde habita en la Península”

Mario Sáenz de Buruaga.

El biólogo leonés Mario Sáenz de Buruaga Tomillo dirige la consultora de España más veterana en trabajos ambientales. Tiene amplia experiencia en investigación de especies protegidas y cinegéticas. Es el director científico del censo nacional del lobo en Castilla y León, Cantabria, La Rioja y País Vasco y lleva estudiando a esta especie desde hace un cuarto de siglo. Es autor y coautor de numerosos libros, como “Manual de Ordenación y Gestión Cinegética” o “Lobos. Población de Castilla y León. Situación en España”. Esta entrevista se realizó por escrito, mediante un cuestionario.

–¿Son compatibles el lobo y la ganadería extensiva?

–La compatibilidad es un concepto al que nos apuntamos todos. El lobo y la ganadería han compartido territorio desde siempre en buena parte de su distribución mundial. Así pues, la cuestión no es quedarse tan cómodo compartiendo conceptualmente dicha compatibilidad sino cómo trabajar por ella.

–¿Corre peligro la supervivencia del lobo en España y en Asturias? ¿Está en expansión o en retroceso?

–Actualmente no hay peligro para la conservación de la especie en casi todo el territorio donde existe en España.

–Los ecologistas reclaman catalogar al lobo como “vulnerable”, el Ministerio para la Transición Ecológica lo quiere incluir en el Listado de especies protegidas (Lespre) y las comunidades del Noroeste exigen mantener su actual estatus. ¿Dónde se sitúa usted?

–Reivindicar el mejor de los consensos y tomar decisiones que implican que el avispero se agite como ha sucedido, con la inclusión del lobo en el Listado, no parece que sea algo acertado. Mi preocupación es máxima porque la decisión tomada es política, no científica.

–En la actualidad, en relación con el lobo, no parecen contentos ni los ganaderos, ni los ecologistas, ni los cazadores… Tampoco ninguno de ellos con el nuevo escenario que propone Transición Ecológica ¿Qué es lo que falla?

–Ha fallado la tramitación por irregular. Y ha fallado, entre otros, el no escuchar a quienes tienen los lobos en sus territorios. ¿Quién lo puede entender?

–Las regiones del Noroeste aseguran que la inclusión del lobo en el Lespre carece de avales técnicos y científicos. ¿Tiene base esa aseveración?

–Dicha inclusión se defiende en parte con un dictamen técnico con el que no coincidimos, si no todos, la inmensa mayoría de los científicos que trabajamos con lobos. Sin duda, algo incomprensible y muy raro, que en ese dictamen no estemos los que trabajamos con lobos. Es sencillo.

–Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León afirman, por el contrario, que sus planes de gestión sí están avalados por la ciencia. ¿Es verdad?

–Los planes aprobados, eso sí puedo decirlo, se basan en datos robustos sobre la situación del lobo. Cómo no, cuando son muchas las iniciativas que al respecto se vienen tomando desde hace años. Todo el mundo lo sabe pero cuando se cuestionan los datos lo que realmente se pretende es introducir algo ya muy manido: quienes los toman no son independientes y hacen el juego a las administraciones. Agotador.

–¿Está justificada, a la vista de la evolución de sus poblaciones, que el lobo goce de protección especial en toda España?

–En las comunidades del Noroeste la situación no sugiere en este momento que la gestión de la especie no tenga la flexibilidad que permita tomar las decisiones que haya que tomar. Esto, que se entiende para casi todo, para el lobo es difícil de hacerlo ver para algunos sectores.

–¿Es usted partidario de que el lobo siga siendo especie cinegética al norte del río Duero?

–Pienso que las posibilidades de gestión en una especie complicada como es el lobo deben estar abiertas. Y que sean siempre los datos científicos los que respalden esa gestión.

–¿Es el plan de gestión del lobo de Asturias adecuado a la situación de la especie?

–Es la gente que trabaja en Asturias la cualificada para responder a esto. Pero sí puedo decir que el seguimiento del lobo en el Principado tiene un enorme recorrido.

–¿Considera apropiados los controles de población que se realizan en Asturias, que según los ecologistas carecen de avales científicos?

–Viendo que en Asturias prácticamente todo el territorio tiene manadas no me cuadra con que no se actúe con rigor.

–Algunos científicos sostienen que eliminar lobos de forma indiscriminada, como ocurre ahora en el Noroeste, provoca en ocasiones la desestructuración de las manadas y, paradójicamente, un aumento de los daños. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?

–Es una teoría extraña, discutible sin duda alguna. Nunca la he leído argumentada de forma sólida.

–¿Cómo se pueden prevenir los ataques del lobo? Mastines, vallados, cierres… ¿Son medidas efectivas?

–No hay medida sencilla para un problema complejo. Esas iniciativas son importantes y cuando convergen unas y otras suele haber efectos positivos. Pero la apuesta es conseguir medidas exitosas en el espacio y en el tiempo para los distintos territorios, y eso es ya más complicado.

–El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha asegurado que la inclusión del lobo en el Lespre no supondría “ningún cambio” en Asturias. ¿Cree que será así?

–Es falso. La inclusión en el Listado tiene implicaciones y por tanto las tiene en Asturias como en cualquier otra comunidad autónoma.

–¿Tienen sentido las protestas de las regiones del Noroeste por el hecho de que la inclusión del lobo en el Lespre haya sido aprobada gracias al voto de comunidades en las que la especie no está presente o su presencia es testimonial y rechazada por aquellas que albergan al 95 por ciento de la población peninsular?

–No hay que ser experto para concluir que es algo muy extraño. No veo a Canarias asumiendo que sea Asturias la que decida qué hacer con el lagarto de El Hierro o a Valencia con que sea Galicia la que vincule nada sobre la malvasía cabeciblanca. Y si es cierto que es la primera vez que se hace una votación en esa comisión interadministrativa, la cosa no puede sino chirriar.

–¿Cree que la protección del lobo en toda España supone imponer una visión urbana al medio rural?

–En buena medida, sí. Muy a menudo, el mundo urbano se asoma al rural con una visión muy Disney. Y especies tan icónicas como el lobo son tomadas como bandera.

–Los ministerios para la Transición Ecológica y de Agricultura han anunciado que habrá un plus de ayudas de la PAC por “servicios medioambientales” para los ganaderos que tengan que convivir con grandes carnívoros. ¿Le parece una buena medida? ¿Cree que ayudará a resolver el conflicto?

–Intentar simplificar este asunto con soltar dinero está ya testado. Sirve para dulcificar el conflicto pero nunca para resolverlo. Que haya resortes de la PAC para este frente, puede ser interesante. Sería una medida más.

–¿Proteger al lobo puede provocar el resurgir del furtivismo y el uso de veneno?

–Ambos son delitos y, al igual que los incendios provocados, son siempre una amenaza. Espero y apelo a que nadie se salga de la legalidad. Lo contrario sería un despropósito.

–¿La protección del lobo en toda España es una exigencia o una recomendación de la Unión Europea?

–La Unión Europea exige que las poblaciones de lobo y de todas las especies no se pongan en peligro.

–¿Cómo cree que se resolverá el conflicto en torno al lobo: en los tribunales, mediante el diálogo, con la cesión de alguna de las partes…? ¿Ve posible un acuerdo?

–Me gustaría volver a las mesas donde, estando con desacuerdos, se trabaja en pequeños consensos. Si no es así, sin duda nos esperan los tribunales y, sobre todo, un marco muy enrarecido.

–¿Se destinan suficientes medios en España para estudiar la fauna silvestre y su relación con el ser humano y sus actividades?

–Bueno, aquí no me saldré del guión. Nunca son suficientes los medios pero tampoco evitaré decir que, en el caso del lobo, tenemos una información de gran calidad sobre su distribución y demografía.

–¿Alguna petición especial en este escenario tan complicado?

–Pues sí, que las opiniones distintas no sean respondidas con improperios, que el insulto o la descalificación dé paso al sosiego y al debate educado. Algo tan lógico es lo que pido.

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