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Por unos fondos europeos inclusivos

Plena Inclusión lamenta que el Principado ignore sus ideas para captar ayudas, como un nuevo modelo de casas para personas con discapacidad

Casilda Sabín, presidenta de Plena Inclusión.

La asociación Plena Inclusión, que atiende a personas con discapacidad intelectual, está a la espera de que el Principado responda a los tres proyectos que ha presentado para participar en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia impulsado por el Gobierno central, y que se inspira y elabora sobre la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Pese a que el colectivo, de fuerte implantación en Asturias y en España, presentó sus propuestas el pasado mes de diciembre, teme que el Ejecutivo regional no cuente con él. “Lo hacemos con el ánimo de participar, colaborar y aportar cambios sustanciales en la comunidad asturiana”, aseguró su presidenta, Casilda Sabín.

El plan impulsado por el Gobierno central, que contará con una fuerte aportación económica de la Unión Europea, se estructura en cuatro ejes transversales: la transición ecológica, la digital, la igualdad de género y la cohesión social y territorial.

La convocatoria, que es abierta, se presenta como una gran oportunidad para sacar adelante proyectos público-privados que faciliten la integración social de personas con discapacidad intelectual. De ahí que Plena Inclusión se pusiera manos a la obra ya en octubre para diseñar tres proyectos “con los que colaborar y contribuir” a los que el Principado debe presentar para optar a los fondos, explicó Sabín.

“Son proyectos dirigidos a paliar efectos de la exclusión social de nuestro colectivo, a empoderar a la mujer desde un plano de igualdad de oportunidades, dirigidos a minimizar la soledad del mundo rural que elimina la visibilidad de nuestro colectivo y que se centran en las necesidades individuales de estas personas para que puedan gozar de una participación abierta en la comunidad. Se trata de lograr la accesibilidad universal de todas las personas con discapacidad intelectual, fomentar la educación inclusiva, la vida independiente y la autodeterminación”, señaló la presidenta de Plena Inclusión.

Uno de esos proyectos es “Mi casa”, y consiste en el diseño de un nuevo modelo de residencias para personas con discapacidad intelectual, que han desarrollado en contacto con una organización “hermana” de Escocia. “Esas grandes residencias en las que se acoge a decenas de personas con discapacidad intelectual está obsoletas”, señala Sabín. Se trata en este caso de iniciar el proceso de cambio con planes piloto que permitan avanzar en las ideas de apoyo a personas, familias, organizaciones y administraciones públicas para desarrollar procesos de transición de instituciones de gran tamaño a viviendas de pequeña escala en la comunidad, dando prioridad a personas con grandes necesidades de apoyo.

Otra de las propuestas de Plan Inclusión Asturias se titula “Construyendo apoyos y cuidados en el medio rural”. En este caso se trata de, entre otras medidas, crear una cartera de servicios sociales inclusivos y basados en la comunidad “para luchar contra la soledad no deseada y garantizar la atención que estas personas necesitan”. Pero, además, esto permitiría dinamizar otros ámbitos de la economía, como el consumo próximo, la movilidad eficiente y la energía verde, entre otros.

El tercer proyecto, y el más identificativo de la asociación asturiana, es la puesta en marcha de una oficina autonómica de accesibilidad cognitiva, “de la que se beneficiaría el conjunto de la ciudadanía”, afirma Sabín. “Se trata de garantizar el acceso a la comunicación, la información y la cultura a todas las personas en igualdad de condiciones y con independencia de su capacidad de comprensión”.

En este campo, Plena Inclusión cuenta con ventaja, ya que es la diseñadora e impulsora del proyecto “lectura fácil”, que se puso en marcha para transcribir sentencias judiciales en un lenguaje sencillo y comprensible y que ya se está expandiendo a otros campos tras conseguir varios premios nacionales e internacionales.

“El Plan del Gobierno central contempla la participación de organizaciones sociales. En Castilla y León, por ejemplo, ya hay un millón de euros para proyectos; también en Aragón ha habido reuniones con entidades sociales y con empresas para impulsar proyectos comunes. En Asturias no hay comunicación. No hemos conseguido respuesta ni atención a nuestras propuestas”, se lamentó Casilda Sabín, que confía en conseguir la atención y el apoyo del Gobierno regional de Adrián Barbón a los proyectos de su asociación.

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