El colegio Fundación Masaveu de Oviedo fue el primer centro educativo de toda Asturias en caer por el coronavirus procedente de China el lunes 9 de marzo de 2020, hace un año. Un brote de 16 infectados obligó a cerrar sus instalaciones, poniendo en alerta a Asturias. Entonces, la consejera de Educación, Carmen Suárez, pensó: “Como esto pase en el resto de centros, menudo lío que se nos avecina”. Y el lío llegó. El martes 10 se cerraron cuatro más, el miércoles 11 otro más –produciéndose el primer fallecido, el jefe de estudios del Masaveu, Avelino Uña– y el viernes 13 se fueron a casa todos. Los 150.000 alumnos de 535 centros. Todo ello solo en cuestión de cinco días.

Ayer, cuando se cumplía justo un año de aquella confusa rueda de prensa en la que la Consejera, junto con el titular de Sanidad y el presidente del Principado, anunciaron el primer cierre masivo de colegios, Carmen Suárez sintió “aceleramiento”. Porque las prisas fueron sus compañeras en esos días previos al estado de alarma. “Todo fue muy rápido. De la mañana a la tarde. Hablar con Salud, hacer resoluciones, comunicarlo a los centros...”, rememora. Y ni ella ni nadie podía alcanzar a imaginar que lo peor estaba por llegar. “Habíamos suspendido las clases por 14 días y pensábamos que transcurrido ese tiempo íbamos a volver”, comenta en referencia a los primeros colegios afectados: además del Masaveu, el Santo Domingo de Guzmán, el San Ignacio y IES Monte Naranco en Oviedo, el IES Ramón Areces en Grado, y la Inmaculada en Gijón.

“Luego vimos que la dimensión del problema era mayor y nos fuimos haciendo a la idea. Yo sentí mucha mucha, mucha responsabilidad, mucho trabajo y mucha preocupación, porque quieres responder pero tampoco sabes cuál es la dimensión de la respuesta que puedes dar”, reflexiona Suárez, quien insiste en que, con sus aciertos y errores, su objetivo siempre fue “salvaguardar la salud del alumnado y el profesorado y, en consecuencia, de sus familias”. La “complicación total” llegó a su departamento cuando cerraron todos los centros y hubo que organizar las clases online. Era momento, dice, “de reinventarse”. Y un año después, el reto en buena medida se superó. “El avance en digitalización fue brutal. Por otro lado, han cambiado las relaciones interpersonales y hoy en los centros hay mucha disciplina y orden, pero también cierta tristeza por que los alumnos no puedan hacer lo que les gustaría...”, dice Suárez.

El colegio Santo Domingo de Guzmán de Oviedo fue uno de esos primeros cinco centros asturianos en cerrar. Ayer, un año después, profesores y alumnos recordaron aquel 10 de marzo de 2020 a través de un vídeo de imágenes que se proyectó en una gran pantalla en la entrada. Para la dirección, la decisión de cierre por parte del Principado fue “bastante dramática”. “La primera reacción fue: ‘Nos cierran, ¿pero por qué’. No teníamos ningún contacto estrecho y yo creo que fue precipitado”, expresa la directora, Sara Bárcena. Pero viéndolo un año después, lo dramático se convirtió en oportunidad.

“Nos permitió adelantarnos a lo que estaba por venir. Lo asumimos como un desafío y nos crecimos ante la adversidad. Hicimos de la resiliencia una exigencia”, asegura. Porque si algo aceleró el covid fue la transformación digital de este y de todos los centros. “Por miedo, podíamos habernos quedado parados. Pero había que encararlo y avanzar. Y agradezco a toda la comunidad educativa el apoyo que me dio porque la pandemia me pilló en mi primer año como directora general”, asegura. Por eso, ayer, en el cumpleaños del virus, “todos –confiesa– nos sentimos muy bien”. “Tenemos la sensación del trabajo bien hecho”, remata.

Al colegio San Ignacio de Oviedo le llegó la orden de cierre “a las siete y pico de la tarde” del 10 de marzo de hace un año. “Al día siguiente solo fuimos el equipo directivo y nos pusimos a organizar lo que creíamos que serían quince días de trabajo en casa... Y prepararnos para lo que pudiese venir. Ese mismo miércoles ya hicimos un experimento en la plataforma Meet de Google y el jueves ya estábamos dando clases”, cuenta el director, Gonzalo Lasa. “No nos creíamos que iba a llegar un cierre tan de repente. Fue como empezar de cero, aunque a nivel tecnológico nosotros ya teníamos mucho avanzado. Por ejemplo, todos los alumnos desde 5º de Primaria tienen un dispositivo electrónico”, agrega.

Volviendo al presente, la consejería de Educación ultima las instrucciones que marcarán el final de curso de 2º de Bachillerato antes de enfrentarse a la EBAU. Las fechas de la prueba ya se conocían –del 8 al 10 de junio en convocatoria ordinaria, y del 6 al 8 de julio en extraordinaria–. Lo que es nuevo y que adelantó ayer el Principado es cuándo acabarán las clases: el 13 de mayo.

9 de marzo de 2020

Cierra el colegio Fundación Masaveu de Oviedo al detectarse un brote de 16 infectados. El primer fallecimiento, de un docente del centro, se produjo el 11.

10 de marzo de 2020

El Principado convoca una rueda de prensa en la que se comunica el cierre de tres centros más: Santo Domingo, IES Monte Naranco e IES Ramón Areces. 

10 y 11 de marzo de 2020

Horas después de esa rueda de prensa, al colegio San Ignacio de Oviedo le llega la orden de cierre. Al día siguiente, se une La Inmaculada de Gijón.

13 de marzo de 2020

Se suspende toda la actividad lectiva presencial (también la universitaria) antes de que el Gobierno decrete, al día siguiente, el estado de alarma.

22 de marzo de 2020

Educación pone a disposición del profesorado los primero seminarios web. El lunes 30 se inicia el sistema de préstamos de equipos informáticos para la docencia online.