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Estos son los dos escenarios que Salud prevé para el coronavirus en Asturias las próximas semanas

La hegemonía de la variante británica distorsiona la recuperación en el Principado de la tercera ola a las puertas de un previsible aumento de casos en toda España

Coronavirus

La práctica hegemonía de la variante británica del virus SARS-CoV-2 en Asturias explica por qué al Principado le está costando más que otros territorios descender la tercera ola, manteniéndose en una larga meseta, a las puertas de una cuarta oleada que los expertos en Salud del Principado ven inevitable. Por eso la estrategia de la consejería de Salud será, al igual que ocurrió en las Navidades, tratar de retrasar al máximo la irrupción de ese nuevo brote global. Solo así, Asturias, que es una de las comunidades con mayor porcentaje de población vacunada, podrá atenuar el impacto de esa nueva embestida. 

España comienza a mostrar indicios de que la cuarta ola se aproxima. En los últimos días, la incidencia acumulada en dos semanas ha aumentado más de un 20% en el conjunto del país respecto a las cifras que existían hace quince días. Esta tendencia es especialmente acusada en comunidades como La Rioja (+146%), Navarra (+125%), Baleares (+57%), Extremadura (+42%), País Vasco (+37%) o Castilla y León (+32%). Muy pocas comunidades mantienen una tendencia descendente, destacando especialmente el llamativo descenso de la Comunidad Valencia (-21%), que mantiene la incidencia más baja del país, aunque también descienden Galicia (-9%) y Asturias (-6%).

Algunas de esas Comunidades Autónomas parten de situaciones, hace semanas, de muy baja incidencia, por lo que aún cuentan con un margen mayor de crecimiento del que presenta Asturias, estabilizada en una incidencia por encima de los 75 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días.

El Principado trabaja con dos posibles escenarios de comportamiento de la pandemia en Asturias en las próximas semanas.

1.- Irrupción de una cuarta ola siguiendo la tendencia nacional.

Según esta hipótesis, Asturias volverá a reflejar con una o dos semanas de retraso las tendencias nacionales, tal y como ocurrió en las anteriores oleadas. En ese caso, si el mes de abril se inicia con un repunte de los contagios generalizado, Asturias podría encontrarse con un inicio de la cuarta ola a mediados de abril. La buena noticia respecto a la tercera ola es que las ocupaciones hospitalarias y de UCI serían inferiores a las que existían en los hospitales asturianos cuando se afrontó la explosión de casos posterior a las Navidades. Aun así, según cabe esperar, a medida que vayan siendo vacunadas las personas mayores y de riesgo, la tasa de hospitalización por infecciones debería descender.

2.- Un largo periodo de dientes de sierra, sin una oleada clara.

Esta sería el escenario más ventajoso, aunque seguramente el que conllevaría más desigualdades territoriales. El sistema “4Plus” establecido por el Principado para aislar aquellos concejos en los que la incidencia es muy elevada (frente al sistema establecido por el Ministerio que fija limitaciones homogéneas a toda la comunidad autónoma), es un buen arma para atajar rápidamente brotes localizados, reconocen en el gobierno regional. Su aplicación, aunque en ciertos concejos conlleve medidas drásticas, podría actuar de cortafuegos para evitar una propagación amplia de los contagios, como ocurrió en las anteriores oleadas. Aunque ese sistema ya entró en vigor en la tercera ola, lo cierto es que lo hizo con ella ya iniciada, por lo que no pudo evaluarse su posible utilidad preventiva para atajar propagaciones más amplias en el conjunto de Asturias.

El largo puente festivo de esta Semana Santa establecerá un patrón en los datos que facilitan el Ministerio y las Comunidades Autónomas, por lo que la actual fotografía de la pandemia en España, a la espera de su próxima evolución, invita a la cautela.

Con un ritmo de vacunación inferior al deseable, las posibilidades de llegar al final de estado de alarma (el actual marco jurídico estatal para combatir la pandemia expira el 9 de mayo) con un aceptable control de la pandemia son bastante escasas. Todo parece indicar que el Gobierno central tendrá que prorrogar el mando único o, como mínimo, pactar un sistema de restricciones con las Comunidades Autónomas, para poder seguir aplicando limitaciones al menos durante el verano, en función de la incidencia. Y los expertos ya vaticinan que, incluso con una tasa de vacunados superior al 70 por ciento, algunas restricciones como el distanciamiento social, el uso de mascarillas en espacios interiores o las restricciones de aforos aún deberán mantenerse durante bastante tiempo.

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