La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

María José Villanueva Ordóñez | Coordinadora de Programas Covid y jefa de rastreadores de la Consejería de Salud del Principado

María José Villanueva, jefa de rastreadores del Principado: “Los jóvenes son los más vulnerables ante el covid, no hay que criminalizarlos”

“La curva no sube por la vacunación y porque tenemos un protocolo de rastreos y PCR más completo que en otros sitios”

María José Villanueva Ordóñez, en la Consejería de Salud. | Luisma Murias

“Ahora mismo, el coronavirus ataca a los más vulnerables, que son los jóvenes, pero eso no puede llevarnos a criminalizarlos”, explica María José Villanueva, coordinadora de Programas Covid y jefa del equipo de rastreadores de la Consejería de Salud del Principado. La doctora Villanueva sostiene que la tercera ola pandémica no acaba de despegar en la región debido a dos factores: la vacunación y la eficiente labor de rastreo y detección de nuevos infectados.

–La curva de covid-19 en Asturias sigue en una meseta, no sube como en la mayor parte de las comunidades autónomas de España. ¿Por qué?

–Lo primero, debo subrayar que no podemos cantar victoria. Sería un error. También aviso de antemano que no soy epidemióloga. Dicho lo cual, a mi modo de ver, en esta situación de remanso hay dos factores fundamentales para que la curva no haya subido hasta ahora: la vacunación de las personas más vulnerables, sobre todo de las que viven en residencias, y nuestro protocolo de rastreos y realización de PCR.

–¿Qué singularidades tiene el protocolo de rastreo?

–Estamos desarrollando acciones que están muy por encima de los mínimos que establece el Ministerio de Sanidad para toda España. Para los contactos estrechos, el Ministerio estipula simplemente diez días de aislamiento, y darles el alta a partir del décimo día, siempre que lleven dos días sin síntomas. Nosotros vamos mucho más allá.

–¿Qué quiere decir?

–Que buscamos contactos estrechos no hasta 48 horas antes de los síntomas, sino hasta una semana antes, el llamado retrorrastreo, y eso aumenta sensiblemente la detección de contagiados. Además, a todos los contactos estrechos, convivientes o no, les hacemos una PCR al inicio de la cuarentena y otra al décimo día. Eso nos permite detectar infectados con pocos síntomas o ninguno, que de otra forma pasarían inadvertidos, pero que podrían ser focos de contagios. Y luego está el trabajo de los rastreadores.

–¿A qué se refiere?

–A que hemos aumentado el número de llamadas durante las cuarentenas. Ahora hacemos tres. Una al principio, para explicar cómo se hace una cuarentena y la importancia de cumplirla bien. Otra en la mitad del trayecto, para resolver dudas que han ido surgiendo y reforzar un mensaje: que ante el menor síntoma deben llamar a su médico de atención primaria y seguir sus indicaciones. Y la tercera al final, para comunicar el resultado de la PCR y dar el alta. Con estas tres llamadas se les da apoyo para que cumplan mejor la prescripción de aislamiento, que sabemos que no es fácil.

–Ha cambiado el perfil de los contagiados.

–Sin duda, se ha invertido totalmente la pirámide de edad con respecto a los primeros meses. Si miramos la incidencia acumulada en los últimos catorce días en Asturias por cada 100.000 habitantes, vemos que está en 165 casos, o sea, riesgo alto; pero en el caso de la franja de 15 a 25 años ese parámetros se sitúa en 308, riesgo extremo, una cifra que duplica la del conjunto de la población. Es justo lo contrario de lo que ocurría en las olas anteriores, en las que quien duplicaba la media era la población mayor de 65 años.

–Con lo cual...

–La batalla contra el virus en esta ola la está librando la juventud. Sobre todo, la franja de edad de 15 a 25 años, y principalmente en localidades como Oviedo, Gijón, Mieres, Llanes... Cuando una persona da positivo y le pedimos una lista de contactos estrechos en las 48 horas anteriores, nos suelen dar una media de tres o cuatro nombres. Los jóvenes, por lo general, nos dan muchos más, hasta ocho o nueve en algunos casos. También a veces les cuesta explicar dónde estuvieron y cómo pudieron contagiarse...

–¿Los mayores también son reacios a dar explicaciones?

–Hay de todo. Se nota que hay gente con miedo a sanciones y demás, pero deben saber que los rastreadores no tenemos potestad para sancionar a nadie. Sólo para aclarar lo sucedido, dar recomendaciones y tratar de evitar que se prolongue la cadena de contagios.

–¿Por qué se contagian más los jóvenes?

–Porque, ahora mismo, el coronavirus ataca a los más vulnerables, que son ellos. Porque no están vacunados aún y porque su vida es socialmente más activa que la de una persona anciana. Pero eso no puede llevarnos a criminalizarlos.

–¿Qué quiere decir?

–Los adolescentes y los jóvenes tienen que ir al instituto, al colegio o a la Universidad. Tienen que hacer deporte. Tienen una necesidad especial de relacionarse con otras personas. Nuestra percepción es que una amplia mayoría cumple con rigor las normas de protección. La clave es motivarlos, no recriminarles que se comporten como lo que son: personas jóvenes.

–¿Los jóvenes incumplen más las cuarentenas?

–Sí, está claro. Les cuesta más, sobre todo si ven que no tienen síntomas de nada. Hay que exigirles responsabilidad. Así, además, se les educa para vivir en sociedad y no estar centrados exclusivamente en sus intereses. Pero también, como he dicho, entiendo que debemos ser comprensivos. Llevamos más de un año en pandemia y con limitaciones, y es lógico que los jóvenes, que lógicamente desarrollan una vida social más intensa, acusen las restricciones.

–¿Cuál es la recomendación para ellos?

–Que pongan un especial cuidado en las quedadas y encuentros sociales, ya sea al aire libre, donde se cree que no hay peligro, o en los domicilios. Y también en los eventos relacionados con el deporte sin protección. Estos son ahora mismo los dos grandes focos de contagios.

Compartir el artículo

stats