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Investigación, divino tesoro | Musicología

Las bandas hicieron mucho más que tocar música

Las formaciones musicales “contribuyeron a la configuración de las ciudades con los kioscos y acercaron los repertorios del teatro a las clases populares”, dice Gloria Rodríguez, que critica que el Bombé de Oviedo siga sin poder usarse

Ramón Sobrino y su discípula Gloria Araceli Rodríguez, en el seminario de Musicología de la Facultad de Filosofía y Letras. | Bernabé Valle | BERNABÉ VALLE

Dice la investigadora viguesa Gloria Araceli Rodríguez Lorenzo que escarbar en el pasado de un músico no es solo reconstruir su historia sino la vida musical de la época y “recuperar nuestro patrimonio”. Así ve ella la Musicología, área de conocimiento a la que lleva dedicada desde 2004. A partir de dos músicos españoles, Joaquín Espín y Guillén y Miguel Yuste, Rodríguez Lorenzo ha ido construyendo su propia línea de investigación, que hoy ha derivado, por ejemplo, en el estudio de las bandas de música nacionales y en la proyección internacional del teatro lírico. “Son muchos años de trabajo, pero, por desgracia, la investigación en Humanidades es menos visible y conocida que la de Ciencias”, lamenta.

Rodríguez Lorenzo está en un momento decisivo de su carrera académica. Ya es doctora. Está en un escalón más arriba, el de ​Profesora Ayudante Doctor, y espera este año subir otro más, consiguiendo su plaza como Profesora Titular de Musicología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo. “El camino para llegar aquí es duro –explica– porque hay que combinar muchas horas de docencia con la investigación”. Su tesis doctoral, el inicio de todo, fue “peculiar”, porque se centró en dos músicos diferentes, teniendo al catedrático del área de Musicología Ramón Sobrino como maestro. “Empecé con Joaquín Espín y Guillén (uno de los pioneros de la zarzuela moderna), pero había cierta dificultad para encontrar las partituras, así que tras obtener el DEA (actualmente, el título de Máster), pasé a estudiar al clarinetista Miguel Yuste”, comenta. Hasta Yuste –el abuelo del actor y cómico José Yuste, famoso por “Martes y Trece”– llegó por su pasión por el clarinete. La viguesa no solo lo toca, sino que tiene el título superior.

De Yuste ha conseguido publicar su biografía en inglés en una editorial internacional de alto impacto ​(LIT Verlag), mientras espera a que otra monografía en español vea la luz a través de la editorial La Serranía. Siguiendo la estela de Yuste, la joven investigadora ha iniciado un viaje por las bandas de música​ siguiendo su estela, así como por su legado como profesor de conservatorio. “Fundamentalmente, he estudiado las bandas municipales de Madrid y de Oviedo”, detalla. ¿Y qué ha averiguado? “Que han tenido más importancia de la que nos imaginábamos, tanto en ciudades grandes como pequeñas”, contesta. Son instituciones que han contribuido a la “educación musical de la sociedad” y a la “configuración del espacio público de las ciudades” a través de los kioscos de música en parques ​y alamedas. En este sentido, Gloria A. Rodríguez hace una crítica a la situación del Bombé en Oviedo. “Es desesperante que un símbolo para la ciudad, como es el del parque de San Francisco, esté paralizado, cuando la banda municipal hace conciertos en la calle, además de su temporada de invierno en el Auditorio Príncipe Felipe”, protesta.

Gloria Araceli Rodríguez, con su biografía recién publicada sobre la figura de Yuste. |

La función de la Banda de Oviedo es hoy “fundamental”, resalta la investigadora. “Es un emblema. Sería impensable no contar con la banda en el pregón de las fiestas de San Mateo o en el día de América en Asturias”, expresa. Y si hoy es fundamental, más aún lo fue en el pasado. En realidad, esta y todas las bandas de música del país. “Ayudaron a difundir el repertorio que habitualmente se ofrecía en teatros y salas de concierto a las clases populares. En definitiva, democratizaron la música”, comenta. Además, en un momento, agrega el catedrático Ramón Sobrino, “cuando no había sistemas de reproducción sonora”, de forma que la única manera de llegar a la música era​ a través de las actuaciones en directo. Y estas las ofrecían las bandas de música.

La investigación de la viguesa –aunque ya casi se considera más asturiana que gallega– es infinita, como ella misma confiesa. “Miguel Yuste fue subdirector de la Banda Municipal de Música de Madrid y sabemos que muchos de sus alumnos se desplazaron como directores o intérpretes a otras bandas, como las de Valencia o Andalucía, así que nos quedaría por ver cómo ha influido su legado en otras zonas”, detalla. Otra línea que está abierta, y que acapara uno de sus últimos resultados difundidos en publicaciones internacionales, es la proyección de la música lírica en el extranjero. “Hemos encontrado obras de zarzuela española en Budapest traducidas al húngaro. La recepción de nuestro repertorio lírico en otros países es mucho más amplia de lo que pensábamos”, asegura.

Rodríguez Lorenzo pertenece al grupo de investigación ERASMUSH, que en la Universidad de Oviedo componen cinco profesores –además de ella misma y Sobrino, están los doctores José Ignacio Suárez y Miriam Perandones y la catedrática María Encina, que es la directora– y tres becarios. Pero el grupo tiene representación nacional e internacional, con profesionales de la Universidad Complutense de Madrid, Granada, Autónoma de Barcelona, Pública de Navarra, además de otros ligados a instituciones de prestigio en París, Montpellier, Melbourne, México e Italia. Por eso, el profesor Ramón Sobrino puede decir con orgullo que es quien más tesis de Musicología ha dirigido en España. “Llevo 36 ya defendidas y nueve en marcha”, dice. La pandemia ha cambiado la vida de sus doctorandos, cuenta, que trabajan fundamentalmente desde sus países de origen, sin apenas pisar Asturias. “Con los avances tecnológicos tenemos muchos archivos digitales, pero aun así necesitamos desplazarnos y consultar las fuentes in situ. En este sentido la covid ha supuesto una gran limitación”, concluye Rodríguez Lorenzo.

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