Verano en Asturias: Nava, reino de la sidra, repleto de bellezas naturales

Los alrededores de la villa conservan monumentos y parajes naturales de excepción. Uno de ellos es el palacio medieval de La Cogolla o el de La Ferrería, donde creció  Doña Jimena, la mujer del Cid Campeador. Nava es un paraíso para las caminatas rurales y de monte, siempre con el telón de fondo de la imponente Sierra de Peñamayor, donde en las primeras jornadas otoñales se disfruta con el espectáculo de la berrea de los venados.

Templo de la bebida regional

En materia gastronómica Nava ofrece quesos como el de Ovín, artesanía, bolos, llagares y espichas. La gastronomía y la fiesta son dos de los puntos fuertes de éste municipio de la Comarca de la Sidra. Para disfrutarlo al máximo merece la pena conocer enclaves como la Sidrería La Barraca, cuyas propietarias, Susana y Laura Ovín, han sido vencedoras en varias ocasiones, (1999, 2000, 2004 y 2005), del Concurso Regional de Escanciadores. Se trata de un local con solera que ofrece exquisita comida tradicional casera y por supuesto, la mejor sidra.

Museo de la Sidra. Lne

El festival regresa a la calle

El Festival de la Sidra de Nava cumple 44 ediciones y se celebra de viernes a domingo en la plaza Dominganes, al aire libre, tras haberse hecho el año pasado a cubierto, en el Lagar de Sorribes. Las finales de los concursos y el concurso de escanciadores y las entregas de premios volverán a ser en la plaza del Ayuntamiento, si el tiempo lo permite.

Nava es cuna de algunos de los lagares más afamados de Asturias, entre ellos el de Viuda de Angelón, fundado en 1947. Cuenta con 2 instalaciones, el lagar ubicado en La Teyera y las instalaciones de Villa donde, desde 1967, se vienen elaborando todas las demás sidras, desde sidras espumosas, sidras de mesa, con limón, con miel, de hielo o sidras sin alcohol. El año 2004 fue clave para la familia. Sus dos fincas Monga y Tresali pasaron la certificación del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias, como fincas adscritas a la marca de calidad. Fruto de este esfuerzo salió al mercado la sidra natural Prau Monga.

Campo de la Iglesia, en Ceceda. Lne

La majada Les Praeres, una visita ineludible

En una parada en Nava hay tiempo para todo, también para conocer parajes como la majada Les Praeres, a unos 900 metros de altura que deja sin aliento, y aún más si en vez de en coche se sube andando o en bici. Para quienes decidan ir en coche, hay que llegar hasta Nava capital y, desde allí, continuar hacia Piloñeta, un pueblín también con mucho encanto y desde el que, además, también parte otra de las rutas más conocidas de esta zona: la ruta de la Ribera del río Peña, en la que el viajero, además de la naturaleza, descubre también la historia local a través de los restos de algunos molinos a sus orillas. Eso sí, para los que opten por subir hasta Les Praeres, allí mismo tienen un cartel indicador sobre la dirección a tomar. Una vez finalizada la ruta una buena idea es degustar una exquisita sidra, por ejemplo de Sidra Roza, lagar centenario de tres generaciones ubicado en Nava. Roza ha sido ganador del premio a la Mejor Sidra del Festival de Nava en varias ocasiones, entre ellas en 2015 cuando fue también la mejor sidra del Concurso regional de Villaviciosa. El buen hacer distingue a esta empresa familiar, que nunca falta en el itinerario de los más auténticos sidreros.

Majada Les Praeres. Lne

Pomaradas en Nava. Lne