No hay un castro igual. De hecho, los hay muy diferentes aunque mantengan algunas de las características esenciales. Todos fueron lugares fortificados, los primeros asentamientos estables que se conocen en la historia de Asturias. ¿Dónde vivían las gentes del Neolítico, del Calcolítico o de la Edad del Bronce? En tiempos en los que los sistemas de producción de alimentos –fundamentalmente la agricultura– habían sustituido a los de caza y recolección, propios de las sociedades paleolíticas, lo razonable es que ya hubieran existido esos asentamientos, con defensas o sin ellas. No se han encontrado.

La paradoja es que hay del Neolítico muchos restos funerarios en Asturias, pero ninguna evidencia de hábitat. Y de la Edad del Hierro, periodo castreño por excelencia, existen muchos restos de poblados, de objetos, de vida, y escasísimas evidencias funerarias. “Coaña, el castro perfecto. Pendia, Mohías y la cerámica castreña” es el segundo volumen de la colección “La Cultura Castreña Asturiana”, que LA NUEVA ESPAÑA pone hoy a la venta junto al periódico del día. Coaña y Pendia comparten una característica que en los últimos años ha generado ríos de tinta: tienen saunas. Saunas castreñas, muy alejadas de la imagen de las saunas termales romanas. Unas construcciones enigmáticas y muy reducidas, que funcionaban a base de calor seco y que posiblemente pudieran tener una funcionalidad ritual, sin obviar la de recreo. Sobre las saunas castreñas flota una larga polémica en torno a los orígenes. Hay quien opina que son inventos de la dominación romana y hay quien defiende que son de origen prerromano, como parece que vienen a confirmar las dataciones mediante carbono 14, además de otros indicios.

El libro segundo de la colección indaga en esas saunas que parecen haber tenido un papel importante en algunos poblados. En el capítulo “Saunas a la puerta”, se puede leer:

“En Coaña las dos saunas están separadas por escasos metros, pero pertenecen a momentos diferentes. Las dataciones nos sitúan en torno al siglo IV a. C., pero quizá sea este un cálculo demasiado conservador. Una de las saunas sabemos que fue apagada en el siglo I d. C. Las saunas de Coaña están situadas a la entrada del poblado, junto a la estructura formada por los dos grandes cuerpos de guardia, y colindantes con una ‘casa de asamblea’, lo que parece ser un recinto muy amplio que podría haber tenido funciones de recepción para visitantes ilustres. Puertas, saunas y ‘salón’ de recepciones. Todo enlazado en un mismo espacio. El investigador del Museo Arqueológico de Asturias Ángel Villa, que fue arqueólogo director del Plan Arqueológico del Navia-Eo, sí apunta a espacios ceremoniales comunitarios en el tránsito entre la Edad del Hierro y los primeros momentos de la implantación romana”.

Coaña tiene dos saunas y Pendia otras dos. Hay saunas en otros puntos del noroeste peninsular, incluyendo el norte de Portugal.