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El programa para atraer a 16 científicos de alto nivel a Asturias, “un primer paso en la buena dirección”

Universidad, CSIC y talento fugado aplauden el plan regional pero piden una apuesta a largo plazo: “¿Qué pasará más allá de 2023?”

Trabajos en un laboratorio. Lne

Satisfacción en la Universidad de Oviedo, en el CSIC y entre los científicos españoles en el extranjero por la puesta en marcha del plan “Margarita Salas” para captar y retener investigadores internacionales de alto nivel. La Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad lanzará el próximo mes una docena de convocatorias de ayudas, entre las que figuran el esperado programa de atracción de talento. El “ambicioso” proyecto, que está inspirado en el exitoso modelo catalán (el Icrea), arrancará con la contratación hasta 2023 de dieciséis científicos jóvenes y senior. Tanto las principales instituciones receptoras como los potenciales solicitantes consideran que el plan supone un “primer paso en la buena dirección”, pero piden que haya una apuesta a largo plazo. “¿Cuál es el plan más allá de esos tres años? Ha de estar bien definido si queremos que investigadores excelentes den el salto a Asturias”, advierten.

El programa “Margarita Salas” llevaba casi dos años cocinándose en el Gobierno del Principado. El Consejero de Ciencia, Borja Sánchez, lo anunció a finales de 2019 y su intención era incorporar a los primeros científicos antes de que terminase 2020. Pero llegó la pandemia y los plazos se retrasaron. Finalmente, el plan verá la luz a principios del mes que viene con dieciséis contratos: diez para atraer a jóvenes investigadores con una experiencia postdoctoral de al menos dos años en el extranjero; cuatro para captar a científicos senior que hayan estado al menos diez de los últimos quince años trabajando en el extranjero; y dos para retener a investigadores en Asturias que estén a punto de terminar sus contratos nacionales “Ramón y Cajal” o “Miguel Servet”.

De las tres líneas de ayudas, la estrella es la de talentos senior, que contempla de aquí a 2023 una inversión de 1,4 millones de euros. En concreto, cada investigador recibirá una dotación máxima de 75.000 euros anuales y algo más de 168.000 en tres años para la contratación de personal y montar su propio laboratorio. Estas cifras no se alejan demasiado del programa catalán Icrea Senior, que invierte anualmente 115.000 euros por científico entre salario y dotación económica necesaria para potenciar su actividad científica.

“Estamos muy contentos con el desarrollo de este programa. Es un proyecto que hemos estado trabajando con la Consejería y del que su titular, Borja Sánchez, siempre nos ha mantenido informados”, afirman en el Rectorado de Ignacio Villaverde. Según el equipo de la Universidad de Oviedo, se trata de una iniciativa que “refuerza y complementa la línea financiada por el Ministerio y que estamos gestionando desde la propia Universidad”. Con ello, el Rectorado se refiere a las 15 ayudas que la institución ha sacado para fichar a investigadores procedentes de otras regiones o países y que ha recibido un aluvión de peticiones: 47. Además, agregan, el programa es “muy ambicioso y nos permitirá alcanzar en un plazo medio varios objetivos”.

El primero, “rejuvenecer nuestra plantilla de PDI (personal docente e investigador) de forma progresiva”. El segundo, “relanzar, dinamizar e internacionalizar nuestros grupos de investigación”. Y tercero y último, el programa es “una expresión muy esperanzadora de colaboración entre la Consejería y la Universidad”. “Ambas instituciones –explican– se complementan de este modo con la idea de reforzar y ganar aún más músculo en nuestra actividad investigadora y, sobre todo, en nuestra actividad de transferencia de conocimientos y resultados”. El mes que viene saldrán convocatorias para potenciar la transferencia de conocimiento e impulsar la colaboración público-privada. “Las empresas se incorporan en todo este proceso y eso es indispensable para que todo el esfuerzo de nuestra Universidad y del ecosistema científico asturiano rinda frutos y los rinda para mejorar nuestra región”, rematan.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) también aplaude la iniciativa. “Como no puede ser de otro modo”, asegura la delegada de la institución en Asturias, María Fernández, “recibimos con entusiasmo este programa, al igual que cualquier otro que pueda servir para fomentar y/o consolidar la carrera científica en la región”. Fernández, que es a su vez directora e investigadora del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA), confía en que la convocatoria que está a punto de salir, “si bien en la situación actual resulta limitada en el número de contratos que oferta, sea el primer paso para atraer y retener talento”. Que signifique –agrega– “que en el Principado vamos a contar con más convocatorias, para personal, para proyectos y para equipamiento científico, y que dichas convocatorias tengan continuidad en el tiempo”. Todo eso permitirá, a su juicio, convertir a Asturias en “un lugar atractivo para desarrollar la carrera científica, tanto para los investigadores que puedan estar ahora pensando en volver, como para aquellos que tomaron esa decisión hace unos años y que con muchas dificultades investigan desde Asturias”.

Margarita Salas, en una imagen de archivo.

El plan “Margarita Salas” provoca una “sonrisa” en el talento fugado. La Red de Investigadores Españoles en el Extranjero (Raicex), que aglutina a casi 20.000 científicos por todo el mundo y de la que es secretario general adjunto el ovetense Hugo Gutiérrez de Terán Castañón, lo ve como “un buen paso en la dirección adecuada”. “El programa cumple con varios de los puntos del informe ‘Atrae’ que desde Raicex estamos ultimando para presentar a todos los agentes del I+D+i en España. Falta, sin embargo, concretar puntos tan importantes como definir el plan a largo plazo, más allá de la partida presupuestaria actual (que solo alcanza hasta 2023)”, comentan.

Los cerebros emigrados insisten en esta idea: “No olvidemos que el investigador, máxime si es senior con más de 10 años en el extranjero, no va a dejar su laboratorio, plaza y carrera en otro país si no hay un plan a largo plazo. Normalmente, fuera la carrera científica está más sustentada, tanto por el sector público como por el privado (pensemos en EE UU, Japón o diferentes países de la UE)”. “Tres años –continúan– con un sueldo competitivo y una ayuda start-up importante es un muy buen paso en la dirección adecuada. La pregunta es: ¿Cuál es el plan más allá de esos 3 años? Ha de estar bien definido si queremos que alguien de este perfil de el salto a Asturias”. De lo contrario, se corre el riesgo de “tirar” el dinero o de captar solo a investigadores que disfrutan de una excedencia en la región y luego hacen las maletas. Por otro lado, Raicex destaca que el plan contenga otros apartados “interesantes”, como son “un primer contrato de reincorporación para jóvenes doctores o las ayudas para contratación con empresas del sector I+D+i”.

Aunque los detalles se conocerán una vez se publique la convocatoria en el Bopa, fuentes de la Consejería de Ciencia explican que en ningún caso dejarán en la calle a los profesionales captados. Se buscarán vías para apoyar económicamente a los centros de investigación receptores para que estabilicen a los científicos. No obstante, puntualizan las mismas fuentes, el Gobierno regional no puede ni contratar ni estabilizar talento; eso les corresponde a las instituciones investigadoras aunque con el respaldo siempre de la Consejería. La futura Agencia de la Ciencia, en fase de borrador, gestionará estas convocatorias y la idea es que en 2023 se lancen nuevos contratos.

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