Los técnicos de laboratorio de Asturias, encargados durante la pandemia de realizar un gran esfuerzo con las pruebas PCR, han enviado un comunicado en el que lamentan el trato que se les ha dado en los últimos meses.

“El diagnóstico a contrarreloj” ... “Laboratorios, una pieza clave en la desescalada” ... “Asturias, primera región 'libre' de coronavirus” ... “El liderazgo en PCR: Asturias lo vio venir” ...

 Estos son algunos de los múltiples titulares publicados durante la pandemia sobre el laboratorio de Virología del Huca (“nuestro laboratorio”); pero todo eso, ¿a costa de quién? 

Los técnicos de laboratorio somos el personal sanitario capacitado para realizar las “famosas” PCR (entre otras muchas funciones) las cuales no son como coloquialmente se las conoce como “meter el palito en la nariz”, eso es la toma de la muestra, las PCR comienzan cuando esa muestra llega al laboratorio y tarda varias horas en procesarse.

Muchos llevamos desde que se inició la pandemia en el servicio de Virología, en total 18 meses durante los cuales hemos firmado 7 contratos, todos de menos de 6 meses con la consecuente pérdida de derechos (no derecho a vacaciones, ni permisos, etc) ya que se escudan en la temporalidad de nuestros contratos porque encadenar contratos en nuestro caso no significa generar derechos como en otros ámbitos (En CCAA vecinas han estado firmando contratos de 6 meses, y en otros se les ha incentivado con otro tipo de mejoras).

Durante los primeros meses de pandemia los turnos de trabajo fueron feroces, no se respetaban los descansos, con lo cual se generaban unos excesos de jornada desorbitados.

Al firmar tantos contratos, cada vez que se empieza uno nuevo hay cambio de parte del personal lo que nos obliga a una formación permanente y gratuita a los nuevos compañeros que se incorporan al equipo; estos equipos tienen que reestructurarse nuevamente lo que conlleva un cambio también de carteleras y horarios, etc. Pese a todo ello, se nos siguen exigiendo los mismos tiempos de respuesta para emitir un resultado. Y a esto se le suman la necesaria formación y actualización personal del servicio debido a las circunstancias cambiantes de la propia pandemia.

Nuestra categoría está completamente olvidada y abandonada, no disponemos de sindicatos de técnicos superiores y los que hay firman continuamente mejoras para otras categorías en detrimento de la nuestra por lo que nos sentimos desamparados, ya que nuestro trabajo es igual de importante que el del resto de categorías (más de 5000 PCR diarias durante el pico de la pandemia).

Y después de todo esto, finalizamos nuestro contrato más largo (5 meses) el día 30 de Septiembre de 2021 y llaman ese mismo día 30 para renovarnos 1 mes con incorporación inmediata (menos de 24h). ¿Por qué no fueron 6 meses desde el principio?...

Ha sido la vez que más han recortado (pasamos de 30 compañeros a 17), y pese a ello nos han ampliado las funciones (sin formación previa) que en esta ocasión ya incluyen otras secciones distintas a las habituales debiendo incluso asumir tareas que antes eran desempeñadas por personal administrativo, del cual también se ha prescindido. Con todo esto se suprimen puestos de trabajo a costa de que otros tengan que asumir hasta tres secciones distintas, con el consiguiente aumento de estrés laboral, todo ello con el único fin de reducir costes en sanidad con la consiguiente pérdida de calidad del servicio.

Nos sentimos ninguneados y nada reconocidos cuando hemos estado dando todo lo mejor de nosotros para que cada persona detrás de una PCR tuviese su diagnóstico en tiempo récord. El reconocimiento por parte del SESPA a nuestra labor es que muchos trabajadores eventuales que llevamos ya años de servicio continuado nos podamos ver de nuevo en situación de desempleo.