De una de la tarde a nueve de la noche. Este es el tramo horario en el que se podrá visitar a los enfermos no infectados por covid que permanecen ingresados en los hospitales públicos de la región. Según el documento elaborado por el Servicio de Salud del Principado (Sespa), en el caso de una habitación individual, “el acompañamiento podrá ser de hasta dos personas”. Si el paciente está ingresado en un cuarto no individual, “el acompañamiento se realizará con una persona”.
La nueva normativa, que entrará en vigor en los próximos días, establece que no deberá ser obligatoriamente una misma persona la que acompañe al paciente durante todo el periodo, sino que podrá cambiar la identidad del acompañante a lo largo de la tarde mientras todos cumplan las medidas de seguridad.
El Sespa ha enviado a las ocho gerencias de área las instrucciones para poner en marcha “una desescalada progresiva orientada a la recuperación de la normalidad en distintos ámbitos asistenciales”. En el momento inicial, se había barajado que la organización de las visitas no fuera uniforme en todo el territorio autonómico, sino que se adaptara a la realidad de sus edificios, prestaciones y circunstancias. Posteriormente, a la vista de la disparidad de las propuestas emitidas por los gerentes de las áreas, se ha optado por una pauta única.
Las autoridades sanitarias quieren aplicar una nueva filosofía: la visita al hospital ha de tener como objetivo “beneficiar” al paciente y hacer más llevadera su estancia. Dicho de otra manera: se tratará de poner fin al hábito, tan extendido, de convertir el acompañamiento hospitalario en una “costumbre social” que se plasma en visitas de larga duración con las consiguientes “aglomeraciones” de personas en un mismo recinto.
