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La crónica del juicio de Ardines: el proceso de los anticlímax

Las primeras declaraciones dejan confusos a quienes esperaban grandes revelaciones sobre un caso ya muy trillado en los medios

Comienza el juicio por el asesinato de Ardines, el concejal de Llanes

Comienza el juicio por el asesinato de Ardines, el concejal de Llanes

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Comienza el juicio por el asesinato de Ardines, el concejal de Llanes Luis Ángel Vega

Este va a ser el juicio de los anticlímax. Quien espere grandes revelaciones que alimenten grandes titulares va a quedar muy decepcionado. Les pasó este martes a los periodistas de los medios nacionales desplazados hasta Asturias en busca de grandes novedades sobre un caso muy trillado. Los presuntos sicarios que mataron a Ardines solo contestaron a sus defensas y no se expusieron a las a buen seguro agresivas preguntas que tenían preparadas las acusaciones.

Benatia y Kelii lo negaron todo con tal convicción, y uno de ellos culpó tan abiertamente a la Guardia Civil de haberle sometido a presiones (una idea que el letrado Fernando Barutell remató clamando hasta en tres ocasiones que los agentes habían violado los derechos fundamentales de los detenidos), que alguno de los presentes se quedó un poco patidifuso. ¿Hay partido por tanto para estos cuatro acusados, ya de mano condenados por la opinión pública? Se verá en las próximas sesiones. Como suele decir un veterano abogado, “estos juicios son como montañas rusas, se pasa de la euforia a la depresión en muy poco tiempo, y viceversa”.

El próximo anticlímax será posiblemente este mismo miércoles, cuando tengan lugar las declaraciones de Jesús Muguruza y Pedro Luis Nieva, intermediario e instigador del asesinato. La declaración de Nieva, el hombre a cuyo rostro se dirigen todas las miradas dentro de la sala, y cuya mirada suele estar clavada en el suelo o en la espalda de su abogado, será presumiblemente más larga que la de los sicarios, pero sin duda decepcionará a quienes desearían una confesión en detalle en directo.

Y habrá otro anticlímax, éste dentro de unos días, cuando comparezca en calidad de testigo Katia Blanco, la aún esposa de Pedro Luis Nieva y la mujer cuya infidelidad (eso sostiene la fiscal) desató un “odio” tan irrefrenable por parte de su marido hacia Ardines, que terminó encargando a dos pequeños delincuentes argelinos el asesinato del concejal. Quien espere que Katia declare contra su marido, lo hará en vano. Y es que, según la ley, le asiste el derecho a callar.

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