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Comienza el juicio por el asesinato de Ardines, el concejal de Llanes

Comienza el juicio por el asesinato de Ardines, el concejal de Llanes

El crimen del concejal de Llanes, ante el jurado

Los sicarios niegan las acusaciones e indignan a los allegados de Ardines: “Es un circo”

El juicio por el asesinato del edil llanisco se abre con la retractación de Benatia: “Los guardias civiles me liaron, dije lo que me mandaron”

Los familiares y allegados de Javier Ardines soportaron este martes en primera fila y con gran estoicismo la primera jornada del juicio con jurado por el asesinato del concejal llanisco, que se abrió en la sección tercera de la Audiencia Provincial con las declaraciones de los supuestos autores materiales del crimen, los sicarios Djillali Benatia y Maamar Kelii. Ante los miembros del jurado y el magistrado presidente del tribunal, Francisco Javier Iriarte, los dos presuntos sicarios negaron en todo momentos su participación en el crimen, negaron conocer a Ardines, y Djillali Benatia llegó a retractarse de la primera declaración que hizo ante los agentes y la jueza de Llanes, en la que reconocía los hechos. Ahora, no. A preguntas de su letrado, Adrián Fernández, denunció presiones brutales: “Los guardias civiles me liaron, me engañaron y me jodieron vivo, me arruinaron la vida. Me pegaron y me insultaron. Me dijeron que me condenarían a dos años y no entraría en la cárcel. Me arrepiento, dije cosas que me mandaron decir que no eran ciertas”.

Tras las declaraciones, una amiga de los Ardines, con lágrimas en los ojos, reflejaba el estado de ánimo de los allegados: “Es un show, un circo”. Y una hermana de Nuria Blanco, la viuda de Ardines se mostraba estupefacta e indignada ante lo que acababa de escuchar con una expresión muy asturiana.

Lo cierto es que no cabía esperar otra cosa, como dejó caer la fiscal durante su intervención inicial. “Si hubiese pruebas directas, las defensas habrían venido ya a la Fiscalía pidiendo un acuerdo”, señaló Belén Rico. La representante del ministerio público avisó a los miembros del jurado (cinco hombres y cuatro mujeres, entre quienes puede encontrarse desde una enfermera a un mozo de almacén) de que “no esperen un testigo ni imágenes. Pero es irrelevante para una condena”.

Primera sesión del juicio por el asesinato de Javier Ardines, el concejal de LlanesLuisma Murias

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La fiscal añadió que los guardias civiles y los peritos demostrarán que Pedro Luis Nieva, supuesto instigador del crimen, “sometía a su esposa a un control obsesivo” y que ordenó el asesinato “por un odio profundo a Ardines, que nació cuando conoció que su mujer le era infiel con él”.

También que contactó a Benatia a través de Jesús Muguruza, que pagó además una parte del dinero a los sicarios. Que Nieva instruyó a Benatia sobre el mejor lugar para cometer el crimen y por dónde escapar, y que le mostró cómo era el vehículo de Ardines y una fotografía de éste. Y que “el teléfono de Maamar Kelii estaba en el lugar y a la hora del asesinato”, añadió.

La fiscal: “Nieva tenía un odio profundo a Ardines desde que supo que su mujer le era infiel”

La fiscal pide 25 años para cada uno de los cuatro implicados y 168.000 euros para la viuda y los dos hijos del concejal. La acusación particular que ejerce la familia, bajo la dirección letrada de Antonio Pineda, eleva esas indemnizaciones a 400.000 euros, y pide las mismas penas. Pineda pidió al jurado que alcance “un veredicto que haga justicia y nos ayude a vivir en un país más seguro”.

Para Pineda, está claro que en este crimen se dieron las circunstancias de alevosía, ya que estudiaron exhaustivamente el terreno para matar con mayores garantías, y también precio, porque cobraron 25.000 euros, sin olvidar el ensañamiento, porque “se agravó el sufrimiento de Ardines” estrangulándolo después de haberle causado una conmoción cerebral tras golpearle la cabeza con un bate o un palo.

Los abogados defensores se emplearon a fondo en esta su primera intervención ante el jurado para tratar de desarmar los argumentos de las acusaciones. Javier Beramendi, abogado de Pedro Luis Nieva, remarcó que, en la escena del crimen, incluso en las vallas que se colocaron para hacer salir a Ardines de su coche y poder atacarle mejor, solo se encontraron restos biológicos del concejal y de una mujer con la que mantenía relaciones en los dos últimos años. También indicó que Ardines se había ganado la enemistad de funcionarios y vecinos.

Dijo que “no hay ninguna prueba que vincule a Pedro Luis con el asesinato”, y calificó de “encaje de bolillos” el trabajo de la Guardia Civil para implicarle. Al mismo tiempo pidió que declare un agente que apuntó a rumores sobre tráfico de drogas, un vecino que amenazó a los concejales y tres concejalas con las que Ardines tuvo un enfrentamiento y fueron demandadas.

Luis Mendiguren insistió en la total ausencia de pruebas frente a su defendido, Jesús Muguruza. “No hay pruebas físicas ni biológicas, mi defendido se levantará como un hombre libre del banquillo”, vaticinó.

Se esperaba la declaración de los sicarios para este miércoles, pero se adelantó. Benatia contó que se dedicaba a las chapuzas y a pescar en lugares como Ondárroa. Ni una palabra de sus antecedentes por robo con fuerza y atentado. Relató que de repente los guardias civiles echaron la puerta abajo de su piso en la calle Lozoño del barrio de Ocharcoaga y entraron con metralletas, causando a la familia tal impresión que aún siguen a tratamiento con “pastillas”.

“No conozco a Nieva, sí a Muguruza, de pescar en Ondárroa, y Kelii es mi paisano y éramos amigos”, dijo. Negó haber estado jamás en Llanes ni conocer a Ardines. Tras ser detenido, dijo, lo mantuvieron aislado en una celda durante días, solo iban a visitarle ocho guardias, por parejas, para “presionarle”. “Me dijeron que si colaboraba me meterían dos o tres años y que no iba a entrar. Y si no decía lo que ellos querían, iban a meterme asesinato como a los otros, y no vería a mis hijos. Lo único que hicieron fue liarme, mentirme y meterme en un marrón que yo no hice, arruinarme la vida”, añadió. Negó que el coche que se ve a las siete y media de la mañana del día del crimen en un peaje al sur de Bilbao fuese el suyo. “Al final no aguanté la presión. Supongo que querían cerrar el caso y echarme la culpa”, resumió.

La fiscal pidió que el jurado accediese a la declaración de Benatia ante la jueza de Llanes, contradictoria con la prestada este martes. Se había autoinculpado y asegurado que Kelii fue el que estranguló a Ardines. El juez rechazó, como pretendía la fiscal, filtrar a los jurados también la declaración ante la Guardia Civil, que no puede utilizarse.

En cuanto a Kelii, defendido por Fernando Barutell, fue aún más parco. “No tuve ninguna participación en el crimen, nunca he estado en Llanes, no sé quién es Ardines”, dijo. Sí admitió conocer a Benatia, que le llevó al aeropuerto para viajar a Argelia “a ver a mi madre”. Añadió que el teléfono a su nombre que las fuerzas de seguridad dicen que estuvo en Llanes el día del crimen, “desapareció, sin más, no sé qué pasó, no lo encontramos”. La pérdida no la denunció porque “no tenía importancia”. “Viajé a Argelia por la enfermedad de mi madre y luego a Suiza por motivos de trabajo, para la compra venta de coches. La primera noticia de que estaba imputado fue en la prisión de Thun”, añadió. Al término de la vista, Barutell, que admitió que, “si se busca a un ciudadano ejemplar, éste no se el señor Kelii” –tiene hasta seis antecedentes por robo–, se felicitó de que Benatia hubiese cambiado su versión y reiteró hasta tres veces, “porque además lo dice una sentencia, que los guardias civiles violaron los derechos fundamentales de los detenidos”. Este miércoles declararán Muguruza y Nieva.

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