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Álvaro González Franco Director del área de Medicina Interna del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA)

“Son pocos los pacientes sin problemas inmunes y vacunados que llegan a la UCI”

“La variante ómicron parece comportarse en la línea de la gripe, en términos de volumen de infectados con cuadros leves o asintomáticos”

Álvaro González Franco, en el HUCA. | Luisma Murias

Álvaro González Franco (Gijón, 1971) dirige el área de gestión clínica de Medicina Interna del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). En esta entrevista, analiza la vertiente clínica y hospitalaria de la pandemia de covid-19 tras la irrupción de la variante ómicron.

–¿Qué singularidades ven en los pacientes de covid ingresados en esta sexta ola?

–Hay más pacientes que en ninguna otra onda epidémica ingresados por otras patologías a cargo de otros servicios o ingresados por descompensaciones de patologías crónicas. Podríamos decir que hay más ingresos con covid que por covid respecto a ondas previas.

–¿Cúal es el perfil medio del paciente?

–Podríamos hablar de tres perfiles diferentes. Por una parte, pacientes ancianos, pluripatológicos y vacunados, con menor mortalidad que en ondas previas ya que ingresan por descompensación de sus patologías de base. Es decir, se comportan de forma similar a descompensaciones que veíamos en años previos debido a procesos gripales.

–¿Segundo grupo?

–Pacientes no vacunados. Son pocos, proporcionalmente, respecto a los vacunados, pero se comportan como en las primeras ondas epidémicas, con desarrollo de neumonías bilaterales e insuficiencia respiratoria.

–¿Y tercero?

–Pacientes vacunados que sufren problemas inmunológicos. Son enfermos con procesos tumorales, trasplantados, o con inmunosupresores, en los que la vacunación no ejerce el mismo efecto protector.

–¿Los que pasan a cuidados intensivos (UCI) tienen alguna característica especial?

–No especialmente. Ingresan por la misma situación de insuficiencia respiratoria por neumonía bilateral. Pero suelen ser o bien pacientes no vacunados o inmunocomprometidos. Son pocos los pacientes sin problemas inmunes y vacunados, pero alguno siempre hay. También se veían otros años algunos pacientes que ingresaban por insuficiencia respiratoria grave en el contexto de procesos gripales.

–¿Puede hablarse de casos menos graves y, en consecuencia, de una estancia media inferior?

–Podemos hablar de menos ingresos proporcionalmente. Y de los que ingresan, el porcentaje de los que precisan cuidados intensivos también es menor. La estancia media también está reduciéndose algo, en parte por un mejor conocimiento de la evolución de esta infección, y en parte por el menor uso de fármacos que se usaron en las fases iniciales y que ahora sabemos que generaban más efectos secundarios que beneficios.

–¿En qué medida es precisa la comparación con la gripe?

–La variante ómicron parece que está comportándose más en la línea de la gripe, en términos de volumen de infectados con cuadros muy leves o asintomáticos.

–¿Qué porcentaje de los ingresados está vacunado y cuántos sin vacunar?

–En planta de hospitalización estamos asistiendo, en esta sexta onda pandémica, a un progresivo incremento de los pacientes no vacunados, del 20 por ciento a finales de noviembre, al 30 por ciento actual. Teniendo en cuenta que en Asturias la población adulta no vacunada es inferior al 7 por ciento, no hay ninguna duda que el riesgo de infectarse y sufrir un covid grave es muy superior en los no vacunados.

–O sea, que las vacunas están funcionando adecuadamente...

–La evidencia es incuestionable. Tanto a nivel local, como en Europa o en otras áreas del planeta, se demuestra cómo la vacunación reduce de forma muy significativa el riesgo de sufrir un covid grave o de fallecer por esta infección. Igualmente está claro que la vacunación reduce el riesgo de infectarse, pero no nos hace intocables.

–¿Teme una saturación de los hospitales en estas semanas originada por el coronavirus?

–Asumiendo que sólo entre un 2 y un 4 por ciento de los pacientes infectados, con progresiva implantación de la cepa ómicron, van a precisar hospitalización; teniendo en cuenta que llevamos una semana con unos 2.000 infectados diarios; que todo apunta a que todavía nos quedan dos o tres semanas de altas tasas de infección; y que las hospitalizaciones se producen entre siete y diez días después de haberse infectado, parece bastante obvio que en las próximas semanas asistiremos a un constante incremento de la presión hospitalaria. Ya sabemos, como he dicho, que el volumen de ingresos de hoy es un reflejo del número de positivos de hace entre siete y diez días.

–¿Manejan previsiones sobre las fechas del pico de ingresos y del número de pacientes en los mismos?

–La pandemia de covid, en estos dos años, nos ha demostrado de forma reiterada que los pronósticos son muy difíciles de realizar. Fundamentalmente porque la evolución depende de un montón de variables diferentes: grado de movilidad de la ciudadanía, capacidad de identificación de casos, capacidad de rastreo de contactos, tipo de cepa o tasa de vacunación, entre otras muchas. A corto plazo, si la variante ómicron sigue comportándose como hasta ahora, es decir, ganando terreno rápidamente frente a la delta, y viendo el comportamiento que se está describiendo en Sudáfrica, probablemente estemos cerca de alcanzar el pico de esta sexta onda. Lo que de aquí en adelante ocurra, ¿quién lo sabe?

–Si echa una ojeada global a lo sucedido en estos casi dos años, ¿qué conclusiones extrae?

–Quizás destacaría cuatro reflexiones. La primera, que las vacunas son la diferencia entre tener un cuadro similar a la gripe, con mínima repercusión personal y perfectamente asumible por nuestro sistema sanitario, o poder desarrollar una afectación pulmonar que nos ponga en peligro a nivel individual y que tensione nuestro sistema sanitario de forma insostenible.

–¿Segunda?

–Como infección de transmisión aérea, los sitios más peligrosos son los espacios cerrados y mal ventilados. Es aquí donde deberíamos de extremar el uso de mascarillas, y no en espacios abiertos, salvo que haya una importante concentración de personas.

–¿Sobre la variante ómicron?

–Probablemente sea un gran paso para asumir el covid como una endemia y no como una pandemia. Con esto, lo que quiero decir es que tendremos que acostumbrarnos a convivir con este virus respiratorio, y asumir que, dada su vía de transmisión y la escasa letalidad, será similar a un proceso gripal.

–¿Habla de gestionar el covid como una infección respiratoria más?

–Sí, y es la cuarta reflexión. En algún momento deberíamos normalizar la gestión de la infección covid y plantearnos qué aporta, en entornos sociosanitarios, el utilizar los equipos de protección (EPI) como si nos enfrentáramos a una infección que se transmite por contacto, como el ébola o las bacterias multirresistentes, cuando su transmisión es casi exclusivamente aérea, como la gripe, y por tanto, con mascarillas y un buen lavado de manos entre pacientes sería suficiente.

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