Susto en el puerto de Luarca, con un rescate in extremis que pudo terminar muy mal. Cuatro adolescentes que se encontraban en la zona del espigón del muelle nuevo luarqués –en la zona donde estuvo la sede del Cepesma hace tiempo– cayeron al mar al ser arrastrados por una ola, en torno a las seis de la tarde de este viernes. Tres de ellos pudieron salir del agua por sus propios medios, no sin gran trabajo, dado que las olas, dentro del puerto, eran muy altas. Un cuarto joven no era capaz de salir por sí mismo. Dos agentes de la Policía Local trataron de ayudarle a salir, pero en ese momento otra gran ola cayó sobre ellos, arrastrándolos unos metros. Uno de los agentes pudo evitar caer al agua, no así una agente, que se golpeó contra unas vallas y terminó en el mar, no lejos del chico.
Fue entonces cuando entró en escena la embarcación “LS/Nereida”, de la Cruz del Roja de Luarca. Pilotada por el patrón Enrique Pérez Fernández, con el socorrista Carlos Rodríguez, hicieron hasta dos intentonas sin éxito para rescatar a la mujer y al joven. “Había mucha mar de fondo”, aseguró Pérez Fernández. Al final, no fue necesario que el socorrista se lanzase al agua y pudieron extraer del agua tanto al adolescente y a la agente auxiliar. “Fue una cosa muy rápida, unos pocos minutos”, indicó el patrón del LS/ Nereida. Tanto la agente como el muchacho tenían ya síntomas de hipotermia tras pasar un rato largo en las gélidas aguas del puerto luarqués.
Decenas de personas siguieron con el alma en vilo el rescate de la agente y el muchacho. La policía estaba bastante magullada, según aseguraron los testigos. “Tengo un fuerte golpe en el pecho”, se quejaba la mujer, antes de ser llevada a tierra firme para ser trasladada al Hospital de Jarrio. Fue tal la violencia de las olas, que los agentes llegaron a perder el teléfono móvil de servicio. “Tuvieron mucha suerte, el mar bate mucho en esa zona”, admitió el patrón Enrique Pérez. El litoral asturiano estaba este miércoles en alerta naranja por olas de cinco a siete metros. Frente a Cudillero se alcanzaron los seis y medio, pero frente a Estaca de Bares se rozaron los ocho metros, y un barco, el pesquero “Serenín”, se hundió frente a la costa avilesina, lo que obligó a rescatar a sus ocho tripulantes.
El alcalde de Valdés, Óscar Pérez, remarcó que los adolescentes estaban en una zona que no debían, azotada por el fuerte oleaje. Los agentes estaban de hecho colocando unas vallas para impedir el acceso al espigón, ya que era muy peligroso por las grandes olas que pasaban por encima. “Acabó muy bien pero pudo acabar muy mal”, aseguró Pérez. “Fue un susto muy gordo”, añadió.
La agente quedó en observación en el Hospital de Jarrio para descartar lesiones graves. Sufre un traumatismo torácico y otros golpes en diversas partes del cuerpo. “Los chicos dormirán en casa tranquilos”, dijo por su parte el alcalde valdesano.