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Dolor en el grupo de montaña del senderista fallecido de un infarto en Caravia: "Era muy jovial y activo"

Miguel Ángel Gancedo estaba con el colectivo de Colunga al que pertenecía cuando sufrió un infarto subiendo al pico La Gobia: “Fue horrible, un golpe muy duro”

Un momento del rescate del cuerpo de Miguel Ángel Gancedo.

El grupo de montaña La Huella, de Colunga, está en shock desde que ayer perdiese, en plena ruta, a uno de sus miembros más queridos: Miguel Ángel Gancedo Fresno, “Pilu”. Este colungués de 69 años falleció de un infarto mientras ascendía, en compañía de una treintena de personas, al pico La Gobia, en Caravia. A unos 50 metros de la cumbre, “Pilu”, un cartero jubilado “muy jovial y activo”, cayó fulminado al suelo. Pese a las labores de reanimación que se le practicaron, nada se pudo hacer por su vida. “Fue un golpe muy duro. Para estas cosas uno nunca está preparado. Pensar que estabas hablando con él y que de repente le pasa esto... Es horrible”, expresaron con dolor sus compañeros de aventuras.

Aunque ahora estaba más centrado en su faceta de abuelo, Miguel Ángel Gancedo procuraba no perderse ninguna salida. Incluso las hacía junto a sus dos nietos. Uno de ellos fue testigo ayer del fatal desenlace, que tuvo lugar sobre las doce de la mañana. Un total de 32 montañeros pusieron rumbo a La Gobia, ubicado a más de 500 metros de altitud, para recoger el belén que coloca todos los años el grupo La Huella por Navidades. De hecho, el propio “Pilu” había acudido a su instalación el pasado 18 de diciembre. “Y tres semanas después te cambia la vida”, lamentó Ubaldino Martínez, vicepresidente de La Huella y amigo del fallecido. “Quién se iba a imaginar cuando salimos por la mañana que iba a pasar esto. Es un golpe muy duro. Y eso que al ser todo tan repentino, uno no es del todo consciente”, agregó.

Según el relato de quienes le acompañaban, Miguel Ángel Gancedo, que deja mujer y dos hijas, iba con un grupo de “dos o tres personas” cuando se desvaneció a unos 50 metros de la cumbre. El ataque al corazón que sufrió –a falta de que lo confirme la autopsia– fue fulminante. “Inmediatamente, los compañeros llamaron al 112 y, siguiendo sus instrucciones, se le practicó una reanimación cardiopulmonar sin éxito”, indica Ubaldino Martínez, que destaca del fallecido que era “una persona muy buena, jovial y activa”, ligada al Club Deportivo Colunga y “muy amiga de colaborar en todo lo que se necesitaba”. Sus colegas del grupo La Huella estaban ayer “sobrepasados” e inmersos en una “pesadilla” tras lo ocurrido.

Hasta la zona, sin acceso rodado, se desplazó un helicóptero de la Guardia Civil de Asturias y el Grupo de Montaña (GREIMG) de la Guardia Civil de Cangas de Onís para recoger el cuerpo sin vida del montañero, que fue trasladado hasta La Morgal y, de ahí, al Instituto de Medicina Legal de Asturias en Oviedo.

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