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“Tres años para abrir el tercer carril de la ‘Y’ es un disparate”, claman los camioneros

El sector del transporte por carretera denuncia el “fracaso” de la Alianza por las Infraestructuras y el “abandono” al que el Estado somete a Asturias

Obras de construcción del tercer carril de la “Y”, en la tarde del lunes. | Miki López

Tardar tres años en abrir un carril de 3,8 kilómetros de longitud es “una vergüenza”, “un disparate” y “una salvajada” que no tiene “ni pies ni cabeza” y que “clama al cielo”. El sector del transporte por carretera está que trina con el Ministerio del ramo y con el Gobierno del Principado por el “lentísimo” ritmo de las obras de construcción del tercer carril de la “Y” entre Lugones (Siero) y Matalablima (Oviedo). Los transportistas creen que el Gobierno central se está “riendo” de los asturianos, y que el Principado “no hace nada”, ya que la obra podrían haberse ejecutado “en tres meses” o, “como mucho en un año”. Ponen como ejemplo obras de mayor envergadura y longitud que se ejecutaron en la mitad de tiempo que los tres años previstos para la asturiana. ¿Por qué entonces el trabajo al ralentí en la obra? Según los transportistas, por falta de financiación. La situación constata, según afirman, el “fracaso” de la Alianza por los Infraestructuras, un colectivo de integrado por grupos políticos, sindicales, económicos, empresariales y sociales para presionar el Gobierno central y lograr el impulso de las obras estatales pendientes en la región.

Ovidio de la Roza, presidente de la Asociación de Empresarios del Transporte y Aparcamiento de Asturias (Asetra), augura que la obra del tercer carril, visto que hay “dos paisanos y dos palas” tardará en ejecutarse “lo que no está escrito, más de tres años, si no ponen medios mecánicos y trabajadores”. Echa la culpa al Ministerio porque “no tiene una partida presupuestaria adecuada y la empresa adjudicataria va al ritmo que cobra. Por eso no pone obreros ni maquinaria”. Resalta que entre Villalba y Madrid se habilitaron “cinco o seis carriles en un tramo mucho mayor que el asturiano en mucho menos tiempo y sin parar la circulación. Allí había medios y dinero”, incide.

De la Roza critica la situación de los trabajos: la adjudicataria pone “los medios mínimos en la vía con más circulación de Asturias... Y encima parando en Navidad”. Pero el tercer carril de la “Y” es solo “un ejemplo más” del abandono al que a su juicio está sometida Asturias por parte del Estado. “Ronda norte de Oviedo, enlace de Robledo, conexión entre la A-8 y la AS-II en Gijón, autovía del Suroccidente, Zalia, accesos a El Musel, Autopista del mar... Todo está empantanado. Es una auténtica vergüenza”, a la que suma que la Alianza por las Infraestructuras lleva más de un año sin reunirse. “Teóricamente era para ejercer presión sobre el Gobierno central, pero esa presión no existe, y si existe no hacen ni puñetero caso”, indica de la Roza, que lamenta la “dependencia” del Gobierno asturiano con el central: “Ni rechista, se limita a justificar todo lo que hace... y lo que no hace”.

Alejandro García Monjardín, presidente de la Central Empresarial de Servicios Internacionales y Nacionales el Transporte (Cesintra), no ve normal que la obra del tercer carril de la “Y” dure tres años. “Es autentica salvajada, clama al cielo, no tiene ni pies ni cabeza, no hay movimiento para tres años. ¿Cuánto tardarían entonces en hacer una autopista nueva? Con voluntad el tercer carril se haría en un año. Si se tarda tres años en esa obra, entonces apaga y vámonos, porque la autovía a la Espina no se hará nunca”, clama.

“Mientras tanto, la ‘Y’ está petada de vehículos y atascada cada vez que hay un roce”, insiste Monjardín, que cree que el tercer carril no solucionará los problemas de tráfico en la A-66, y que solo los trasladará más allá de Lugones. Cita también otras “deudas históricas” del Estado con Asturias: “Enlace de Cañamina en Gijón, nudo de Robledo, accesos a El Musel...”

José Fernández, presidente de la Unión Independiente de Transportistas Autónomos (UITA), apunta que tardar tres años en ejecutar obra “que se hace en tres meses” es “disparatadísimo”. Se pregunta “qué falla encontraron para tardar tanto. Es imposible”. Achaca la situación a la “falta de previsión presupuestaria” y a que los dirigentes políticos “no se preocupan más que de vaciarnos el bolsillo y freírnos a impuestos”. Su negro augurio: “Esto acaba en ruina total, la obra durará hasta que nos jubilemos todos”.

Fernández, que asegura que el sector del transporte por carretera es ahora mismo “una bomba de relojería a punto de estallar”, resalta que en Asturias “todo está manga por hombro”, con proyectos “de hace la tira” sin hacer: “La entrada a El Musel, el enlace de Robledo, la conexión de la A-8 con la AS-II en Gijón....”. Esto demuestra, a su juicio, el fracaso de la Alianza por las Infraestructuras.

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