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Un desprendimiento a 7 kilómetros de Poncebos obliga a cerrar la Ruta del Cares

“Se está valorando el alcance del problema y las medidas para reponer el paso”, señala el director del Parque de los Picos

Lugar del argayo, en Culiembro, en la ruta del Cares.

La Ruta del Cares está cerrada al paso. Un argayo a primera hora de la tarde de este miércoles obligó a suspender el tránsito de personas por la popular senda de los Picos de Europa que une Asturias y León entre Poncebos (Cabrales) y Caín.

El argayo de piedras y tierra se produjo a unos siete kilómetros de la localidad cabraliega, en la zona de Culiembro, tal y como informaron en el 112 Asturias. Una obstrucción en el canal que atraviesa el Cares debido a la caída de roca ha sido posiblemente la causa del deslizamiento que sepultó parte del sendero. Los servicios de emergencias fueron los primeros en acceder a la zona para comprobar lo ocurrido. Afortunadamente no ha habido daños personales que lamentar.

Si bien el Cares es una de las rutas más transitadas de los Picos, el hecho de que haya coincidido por semana y en pleno invierno –no obstante, estas jornadas destacan por las buenas temperaturas y el sol que animan a salir a los montañeros– hace que no sean muchos los que se dejan caer por la famosa garganta en estas fechas.

El agua, desbordando el canal del Cares.

Tras revisar la zona por parte de los equipos de emergencia, el Parque Nacional –que depende de la Dirección general del Medio Natural del Principado– envió a su personal a Culiembro para ver cómo retirar el material argayado y reabrir cuanto antes la ruta. “Se está valorando el alcance del problema y las medidas para reponer el paso”, explicó a LA NUEVA ESPAÑA el director de los Picos, Rodrigo Suárez Robledano, poco después de producirse el percance.

La decisión de cerrar completamente el tránsito por el Cares se debió fundamentalmente a la seguridad. Y es que nada permite descartar que se puedan producir nuevos argayos, en parte, debido al deshielo. Aunque queda poca nieve en la zona, el sol y las suaves temperaturas facilitan que se derritan los neveros, lo que puede producir deslizamientos del terreno, con el consiguiente peligro. La fauna que hay también puede provocar pequeños desprendimientos que amenazan seriamente la integridad de los paseantes en el Cares, considerada una ruta de montaña peligrosa.

Por ahora la senda sigue cerrada y en la Dirección del Medio Natural trabajaban en ver cómo abordar el desprendimiento para tratar de reabrirla en cuanto sea posible y, lo más importante, de forma segura. No es la primera vez que un argayo obliga a cerrar el paso en el Cares, zona habitual de desprendimientos.

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