Este próximo sábado, 14 de mayo, los Reyes Juan Carlos y Sofía tienen un aniversario de esos redondos en el calendario: los 60 años de su boda en Atenas (Grecia), el país natal de la novia. También se cumplen 60 años estos días de un episodio muy distinto en Asturias: las famosas protestas mineras que posteriormente se conocerían como la “huelgona” y que han pasado a la historia por marcar un antes y un después en la lucha por la mejora de las condiciones laborales del sector.
Aunque los protagonistas del enlace en Atenas y mucho menos sus invitados poco o más bien nada debían de preocuparse por la movilización de la minería asturiana, resultó ser que ambos acontecimientos, tan distintos, acabaron elevados juntos a noticia internacional. ¿Cómo? Pues a cuenta de la crónica de la famosa periodista Oriana Fallaci (Florencia, Italia, 1929-2006), desplazada a la capital griega para cubrir la boda de los entonces jóvenes príncipes.
Era la época, a principios de los 60, en la que comenzaba a fraguarse la periodista de raza en la que se convertiría “la Fallaci”, famosa por cubrir los principales acontecimientos bélicos, por su afilada pluma y por sus exhaustivas y documentadas entrevistas a los principales protagonistas de la política mundial de entonces. Pero en 1962 el director de “L’Europeo” estaba empeñado en que ella hiciera crónica social en el semanario, algo “que no soportaba más”, cuenta Cristina de Stefano en “La Corresponsal” (Aguilar, 2015), donde se recoge cómo la periodista se las arregló para hablar de política e incluir las protestas mineras asturianas de paso que contaba que a miles de kilómetros de España se casaba el “elegido” por el dictador Francisco Franco para sucederle. No tenía mucho apego a este ni a los futuros monarcas Fallaci, quien consideraba a Juan Carlos el “robot obediente” de Franco.
La cuestión es que ella empezó su artículo en “L’Europeo”, a modo de contexto, con referencias a la “huelgona” que afectaba al país del novio justo en esos días. Así, el conflicto en las cuencas mineras logró repercusión internacional y sus protagonistas consiguieron concitar más apoyos y atención a su lucha.
Lo que luego vino ya se sabe: en las cuencas hubo mucha represión, pero la dictadura salió tocada y los mineros fortalecidos; Oriana se convirtió en todo un icono y modelo a seguir para muchas generaciones de periodistas; y los Reyes Juan Carlos y Sofía siguen casados, pero separados por miles de kilómetros.
