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Lección de historia: “¿Os imagináis que Asturias hoy declarase la guerra a EE UU?”

Los integrantes de ARHCA acercan detalles de la guerra de la Independencia a alumnos del Aramo

Los alumnos del instituto Aramo con los miembros de ARHCA que les dieron la charla sobre la guerra contra Napoleón. | Jaime Casanova

Medio escuadrón de alumnos del Instituto Aramo de Oviedo tuvo la oportunidad de conocer con todo lujo los detalles y contexto que rodearon la declaración de guerra de la Junta General del Principado a Napoleón tal día como ayer de hace 214 años. “Me parece bien esto tipo de actos para enterarnos de la historia”, admitió Nicolás Argüello, uno de los doce alumnos de primer curso de Bachillerato del Aramo, que asistió en el Palacio del Conde de Toreno a la explicación de Bruno Cuesta, de la Asociación de Recreación Histórico Cultural de Asturias (ARHCA), sobre el episodio de la historia asturiana que, además, alumbró la bandera regional que ha llegado hasta nuestros días.

Aunque las alumnas y los alumnos entrarán en esta materia el próximo curso, “cuando daremos Historia de España”, Bruno Cuesta explicó con vestimentas, uniformes, armas y utensilios de la época, los acontecimientos acerca de la invasión del Ejército napoleónico, primero para entrar en el país y luego en Asturias a fin de “evitar que fuera una posible cabeza de puente para el Ejército inglés”. El responsable de ARHCA también aprovechó para desmontar algún mito, como el “del mal llamado Pepe Botella”, y llamó la atención sobre la osadía que supuso en 1808 que una pequeña región del norte de España declarase la guerra a la gran potencia militar de aquellos tiempos. “¿Os imagináis que hoy Asturias declarase la guerra a Estados Unidos?”, planteó para la reflexión del medio escuadrón de alumnos del Aramo, que siguieron con atención la improvisada lección de historia. En la charla salieron a colación las diferencias entre caballería pesada y ligera, la dificultad que presentaba alcanzar a objetivos en movimiento con aquellos arcabuces, el desconcierto que suponía para las tropas francesas la salida en desbandada de las milicias cuando estas veían la batalla perdida o detalles de andar más por casa, como que no había zapatos izquierdo o derecho sino que eran únicos y que tampoco tenían tallas como las actuales sino solo tres opciones, grandes, medianos y pequeños. Además de las piezas que exhibieron Luisma Rubio y Secundino Pereira, vestidos con uniformes miltares, Bruno Cuesta mostró un ejemplar “original” del Manual de instrucciones de infantería de 1808.

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